Perspectivas Tecnológicas en Energía 2024: Implicaciones para México

Por Energy Insights

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía ((AIE) las tres áreas estratégicas de política pública — política energética, política industrial y política de comercio internacional— están cada vez más interrelacionadas. En cada una de ellas surgen tensiones y compromisos a medida que cada país intenta conciliar su compromiso con el buen funcionamiento de sus mercados con la transición energética, así como con la necesidad de establecer cadenas de suministro local e internacional de tecnologías limpias, seguras y resilientes. Esto implica decisiones difíciles en torno a elegir qué industrias apoyar dentro de su estrategia de desarrollo económico, cómo colaborar con sus principales socios comerciales y cómo priorizar los esfuerzos de innovación para con ello darle forma a su política de innovación. 

Fundamentos de la economía de energías limpias: la manufactura y el comercio internacional

Actualmente se perciben como grandes oportunidades económicas las asociadas a la fabricación de tecnologías de energías limpias, por lo cual se han convertido en prioridad para los gobiernos y las industrias

De poco más de 700 mil millones de USD es el tamaño del mercado global de seis de las principales tecnologías de energía limpia; tales como: la energía solar fotovoltaica (PV), la energía eólica, los vehículos eléctricos (VE), las baterías, los electrolizadores y las bombas de calor— que se han multiplicado casi por cuatro desde 2015, lo que equivale aproximadamente a la mitad del valor de todo el gas natural producido a nivel mundial ese año.  El crecimiento de estas nuevas tecnologías se debe al despliegue acelerado de las tecnologías solar, eólica y de VE, por lo que considerando el mismo ambiente de política actuales se esperaría que el mercado de estas tecnologías prácticamente se triplique para 2035 llegando a los 2 billones de USD, un valor de mercado similar al del mercado del petróleo crudo en los últimos años. 

Por su parte con relación al comercio  de las tecnologías limpias, su valor se aproxima a los 200 mil millones de USD, lo que representa un 30% del mercado global, donde por importancia resalta el comercio de VE que alcanza un 20% del valor del comercio total de automóviles en 2023; en segundo lugar sobresalen los paneles solares fotovoltaicos (PV), en conjunto y al ritmo actual con las políticas actuales se podrían alcanzar los 575 mil millones de USD para 2035, lo que representaría prácticamente la mitad del comercio mundial actualmente.  

Crecimiento de las inversiones en manufactura como respuesta a la demanda de tecnologías limpias

Una gran ola de inversión en la fabricación de tecnologías limpias está en marcha, lo que ha provocado un aumento del 50% en 2023, alcanzando los 235 mil millones de USD; que representa el 10% del crecimiento de la inversión mundial y alrededor del 3% del crecimiento del PIB global. Un 80% de la inversión en fabricación de tecnologías limpias en 2023 corresponden a la producción de paneles solares fotovoltaicos (PV) y baterías, y un 15% a plantas de vehículos eléctricos (VE).  La capacidad de fabricación que se está añadiendo ha superado con creces los actuales niveles de despliegue y se espera que la inversión en instalaciones en 2024 sea del orden de los 200 mil millones de USD.

La competitividad en costos es un factor importante que impulsa la inversión en fabricación, pero no es el único.  China es el lugar más competitivo para fabricar todas las principales tecnologías de energías limpias consideradas en este informe, sin tener en cuenta el apoyo financiero explícito de los gobiernos. Producir módulos solares fotovoltaicos, turbinas eólicas y tecnologías de baterías cuesta en promedio hasta un 40% más en Estados Unidos, hasta un 45% más en la Unión Europea y hasta un 25% más en India; comparado con China.

 China, adicional a su ventaja en costos cuenta con mayores economías de escala, un mercado interno más amplio y empresas e instalaciones altamente integradas a lo largo de la cadena de suministro de estas tecnologías. 

Adicional a su ventaja en costos y economías de escala; hay que sumar otros factores como diversas formas de apoyo político, acceso a mercados, habilidades y conocimientos en la base industrial, así como infraestructura.

Facilitando el aprovechamiento de las fortalezas económicas a través del comercio internacional

Orientar el comercio energético hacia las tecnologías limpias forma parte de una estrategia de diversificación de fuentes energéticas que eleva la resiliencia energética. El caso de la Unión Europea es el más evidente, con 400 mil millones de USD de importaciones netas de combustibles fósiles y tecnologías de energías limpias; donde las energías limpias están incrementando de menos de 10% en 2023 al 35% en 2035, reduciendo la dependencia en las fuentes fósiles. Lo anterior sin tomar en cuenta la reducción en volumen físico que representa pasar de decenas de buques de gas y petróleo a buques de contenedores con módulos solares, en una relación de al menos de 50 a 1.   

Transformando la manufactura y el comercio: el papel de las estrategias industriales en Europa y Estados Unidos

La estrategia industrial o Política Industrial de la Unión Europea se centra la Ley de Industria de Cero Emisiones Netas (NZIA), donde el principal reto lo enfrentan en el sector automotriz por la creciente competencia de autos chinos en cuanto a VE, los cuales primordialmente estar orientados al mercado interno, ya que los de combustión interna están orientados al mercado externo, en el caso de componentes eólicos y bombas de calor se encuentran en una mejor posición competitiva. El caso automotriz muestra una tendencia de mayores importaciones de VE chinos aún y con la aplicación de aranceles. Los retos de la industria europea automotriz se centran en integrar la cadena de valor de autos con baterías y la reducción de costos.

En el caso de Estados Unidos, el marco de la estrategia o política industrial se centra en la Inflation Reduction Act y la Bipartisan Infrastructure Law. Este marco de política industrial ha movilizado cerca de 230 mil millones de USD conforme la política actual y el conjunto de incentivos. A diferencia del caso europeo, el caso de EE. UU., muestra mayor fortaleza en la parte automotriz en la fabricación de VE dadas las relaciones comerciales con México y con Corea del Sur y Japón. En contraparte la parte de paneles solares fotovoltaicos muestra dependencia en las importaciones tanto de celdas y obleas, aun y cuando se espera que esta dependencia se elimine hacia el 2035. 

El liderazgo de China en manufactura global y los destacados desarrollos de India

China tiene el 70% de la fabricación mundial de las seis tecnologías limpias clave en términos de valor, lo anterior pese a las diferentes estrategias industriales desarrolladas por otras regiones del mundo. El valor de sus exportaciones rondará los 240 mil millones de USD para 2035 de permanecer el marco de políticas globales vigentes. Este volumen de exportaciones equivale a las exportaciones de petróleo de Arabia saudita y Emiratos Árabes Unidos en 2024. 

Las importaciones chinas de combustibles fósiles, las más altas a nivel global, podrían ser compensadas por las exportaciones de tecnologías limpias para 2035 de mantenerse el marco de políticas públicas globales y de acelerarse el despliegue de las tecnologías limpias.

Por su parte, India podría transformar su situación de un importador neto de tecnologías limpias a un exportador neto en 2035, siempre que se acelere la transición hacia la energía limpia. Con las políticas actuales, India seguirá siendo un importador neto en términos de valor para 2035, aunque experimentará un crecimiento modesto en la producción y exportación de módulos solares fotovoltaicos, vehículos eléctricos (VE) y baterías, gracias a los incentivos del esquema de incentivos vinculados a la producción. Sin embargo, si la transición hacia la energía limpia avanza de manera más rápida, las exportaciones netas de tecnologías de energía limpia en India podrían alcanzar los 30 mil millones de USD en 2035, después de satisfacer gran parte de su creciente demanda. Esto podría compensar aproximadamente el 20% de su factura de importación de combustibles fósiles, estimada en 170 mil millones de USD, reduciendo así su déficit comercial relacionado con la energía a alrededor de 140 mil millones de USD.

Los mercados emergentes aún pueden integrarse a la economía de energías limpias

Las economías emergentes y en desarrollo de América Latina, África y el sudeste asiático generan menos del 5% del valor en tecnologías limpias actuales. Para lograr una transición justa, es crucial que más regiones aprovechen los beneficios económicos del crecimiento de las cadenas de suministro de estas tecnologías. Se necesita acelerar la transición hacia la energía limpia y expandir el mercado global. Además, hay que abordar los factores que desincentivan la inversión en mercados emergentes, como riesgos políticos, fluctuaciones cambiarias, falta de mano de obra calificada y problemas de infraestructura.  Sin embargo, hay oportunidades. Más allá de la minería y procesado de minerales, estos países pueden fortalecer su competitividad y avanzar en la cadena de valor. 

El sudeste asiático ya juega un papel clave en las cadenas de suministro de tecnologías limpias y podría convertirse en uno de los lugares más baratos para producir poli silicio y obleas para módulos solares fotovoltaicos hacia 2035. Al aprovechar su experiencia en fabricación de equipos electrónicos, precios competitivos de energía y mano de obra, sumado a políticas gubernamentales favorables a la exportación, el sudeste asiático podría llegar a producir más de 8 millones de vehículos eléctricos en 2035 (frente a los aproximadamente 40,000 hoy), exportando casi la mitad de ellos.

América Latina, especialmente Brasil, tiene bases sólidas para la fabricación de turbinas eólicas, pero se requieren inversiones en infraestructura y logística para capitalizar esta oportunidad. Brasil produce más del 5% de las palas de turbinas eólicas a nivel mundial. Si se logran inversiones en infraestructura portuaria, las exportaciones de estos componentes podrían aumentar seis veces para 2035. Además, Brasil y otros países de la región poseen abundantes recursos de energía renovable, ideales para exportar amoníaco, hierro y acero con emisiones casi nulas a mercados como Europa y Japón, donde la producción es más costosa.

El norte de África puede convertirse en un centro de fabricación de vehículos eléctricos. Con inversión adecuada, podría exportar en 2035 cerca de la mitad de los 3.7 millones de vehículos eléctricos que produzca, principalmente a la Unión Europea, apoyándose en proyectos en países como Marruecos. En otras partes de África, hay potencial para usar recursos de mineral de hierro y energía renovable para producir hierro con hidrógeno electrolítico. Estas exportaciones podrían tener un valor más de cuatro veces superior al de las exportaciones actuales de mineral de hierro, si se superan las barreras de inversión y se persiguen objetivos climáticos hacia 2050.

Presión sobre rutas marítimas principales por concentración de la cadena de suministro

El tráfico en algunos de los puntos de estrangulamiento marítimos más transitados está en aumento, a pesar de la desaceleración del crecimiento de la actividad marítima global. Según las políticas actuales, se prevé que el comercio global de bienes marítimos crezca solo un 1% anual en peso durante la próxima década, un ritmo mucho más lento que en las dos décadas anteriores, debido a la menor demanda de combustibles fósiles y acero. Sin embargo, el tráfico en ciertos puntos estratégicos se intensifica. Actualmente, alrededor del 50% del comercio marítimo de tecnologías limpias transita por el Estrecho de Malaca. Se espera que, bajo las políticas actuales, los envíos de estas tecnologías a través de Malaca aumenten significativamente, aunque su participación en el comercio marítimo total siga siendo pequeña. Esta dependencia de los puntos de estrangulamiento marítimos conlleva riesgos para la resiliencia de las cadenas de suministro, ya que el valor promedio de una carga de tecnología limpia supera en más de diez veces al de una carga típica de combustibles fósiles por tonelada.

Las estrategias industriales bien diseñadas serán fundamentales para que las transiciones energéticas continúen ganando impulso

Las tensiones entre los objetivos de las políticas energéticas e industriales hacen que sea crucial diseñar correctamente las medidas de política comercial para facilitar la transición hacia la energía limpia. En muchos casos, los beneficios energéticos del comercio podrían ser mayores si se redujeran las barreras comerciales. Por ejemplo, los aranceles sobre sistemas y componentes de energía renovable son, en promedio, más del doble que los aplicados a los combustibles fósiles. Estas barreras comerciales, tanto arancelarias como no arancelarias, incrementan los costos de las tecnologías limpias. Un arancel del 100% sobre módulos solares fotovoltaicos anularía la disminución de costos que se ha observado en los últimos cinco años. Aunque el impacto indirecto en los costos de generación eléctrica es más limitado, dado que los módulos solares representan entre el 20% y el 30% del costo total de instalación, en bienes de consumo como los autos eléctricos, el efecto sería más directo y podría frenar su adopción.

Las estrategias industriales bien diseñadas pueden ayudar a las empresas a cerrar brechas de competitividad y alcanzar la frontera de la innovación más rápidamente, pero es esencial considerar cómo interactúan con las políticas comerciales. Una política industrial con objetivos específicos y medibles puede apoyar las metas climáticas y energéticas. Por ejemplo, la producción de baterías en la Unión Europea es actualmente un 50% más cara que en China, pero las nuevas tecnologías de baterías en desarrollo podrían reducir esa brecha de costos hasta en un 40%. En ese caso, las ventajas de producir en la Unión Europea superarían el costo restante. Para fomentar la competitividad y la innovación, las políticas industriales deben ser monitoreadas y ajustadas según sea necesario. Además, la política comercial debe diseñarse cuidadosamente para respaldar estos objetivos; el proteccionismo generalizado o el apoyo financiero indiscriminado no suelen ser estrategias industriales exitosas.

Las estrategias industriales también deben tener en cuenta los nuevos parámetros y objetivos del comercio internacional en las cadenas de suministro de tecnologías limpias. Para equilibrar la consecución de objetivos climáticos con las políticas energéticas e industriales, es fundamental diseñar políticas comerciales que reconozcan su papel en la nueva economía de energía limpia y su impacto en la competitividad industrial actual. No existe una solución única, sin embargo, este debate es parte del trabajo que hay que realizar para lograr los objetivos climáticos y de desarrollo económico global.

Lecciones para México

Las implicaciones o lecciones para una economía como la de México, son varias y significativas:

  1. Interconexión de políticas: La importancia de diseñar políticas energéticas, industriales y comerciales de manera cohesiva. México debe buscar un equilibrio entre el desarrollo de sus industrias locales y la integración en cadenas de suministro globales de tecnologías limpias, lo que podría mejorar su competitividad.
  2. Aprovechamiento del mercado de energías limpias: Con un mercado en expansión de tecnologías limpias que se espera triplique su tamaño para 2035, México tiene una oportunidad considerable para posicionarse como un jugador clave en la fabricación de tecnologías como paneles solares y vehículos eléctricos. Invertir en infraestructura y capacidades locales puede ser fundamental.
  3. Inversión en manufactura: Dado que la inversión en manufactura de tecnologías limpias está aumentando, México debería fomentar un ambiente atractivo para estas inversiones, considerando incentivos fiscales y creando un sistema de apoyos para las empresas que deseen participar en este sector.
  4. Fortalecimiento de la cadena de suministro: La necesidad de establecer cadenas de suministro resilientes y diversificadas. México podría beneficiarse al convertirse en un proveedor de materias primas y componentes para tecnologías limpias, dado su potencial en recursos como el litio, fundamental para baterías.
  5. Desarrollo de capacidades locales: La creación de programas educativos y de capacitación para desarrollar una fuerza laboral calificada en esta nueva economía. Esto puede ayudar a responder al crecimiento de la demanda de mano de obra especializada en tecnologías limpias.
  6. Desafíos del comercio internacional: En un contexto donde la manufactura de tecnologías limpias está dominada por países como China, México debe considerar estrategias para mejorar su competitividad, como reducir costos de producción y promover el comercio internacional de estas tecnologías, beneficiándose de acuerdos comerciales existentes.
  7. Sostenibilidad y transición energética: Tomar en cuenta la necesidad de una transición hacia la energía limpia como parte de un compromiso con metas climáticas. Esto no solo posicionará a México en el contexto global, sino que también alinea el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental.
  8. Riesgos geopolíticos y económicos: México debe ser consciente de los riesgos que podrían surgir de depender demasiado de ciertos mercados o tecnologías y trabajar en políticas que mitiguen estos riesgos, buscando un enfoque diversificado.
  9. Inversiones en infraestructura: Para capitalizar en la fabricación de tecnologías limpias, se requiere inversión en infraestructura y logística. Esto es vital para lograr competitividad en la producción y exportación de productos relacionados con energías limpias.

En resumen, México tiene la oportunidad de adaptarse y beneficiarse de las tendencias globales hacia energías limpias, pero esto requerirá colaboración entre sectores, inversión en infraestructura y educación, y políticas industriales bien diseñadas.

Suscríbete y recibe gratis nuestra revista