Entrevista con Víctor Ramírez, Director de Perceptia 21 Energía

Tengo el gusto de estar en este momento con Víctor Ramírez, que es socio director de Perceptia 21 Energía. 

Víctor, agradecerte muchísimo el espacio para esta revista, que se llama Energy Insights, enfocada primordialmente en poner los temas de energía en un lenguaje de negocios para los tomadores de decisiones. Es sumamente importante la coyuntura en la que estamos ahorita, y, antes que nada, te agradezco mucho tu presencia en este espacio

Al contrario, un gusto poder platicar con ustedes. 

Gracias, Víctor. 

Yo creo que uno de los grandes temas, sin duda, es que ha habido cierta constancia, no sé si llamarle congruencia, entre el discurso de la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum hablando de energías renovables, transición energética y electromovilidad, además, después habló de un plan de energía que ya lo tuvimos por ahí en noviembre pasado. 

También, lo que conforma ese plan de energía son estas leyes secundarias, que estamos justamente en el proceso de aprobación en el Congreso. En ese paquete, mi pregunta sería ¿cómo ves este nuevo entorno que aparentemente muestra una nueva gobernanza del sector de energía en el país, pasando por esta nueva CRE que se está conformando y ahora la nueva función o funciones de la Comisión Federal de Electricidad? 

Creo que hay un cambio de paradigma completo. No me gustaría decir si es mejor o peor; me parece un cambio de paradigma en el sentido en que, como dices, hay cierta congruencia en decir “esto era lo que yo proponía y voy a hacer esto”. Desde ese punto de vista, no sé si las opciones son limitadas para el desarrollo del país, más que hablar en sí del sector energético. 

Se abren ciertas puertas a la inversión privada que le dan la vuelta a la narrativa oficial, pero que además eran necesarias porque, si no, no hay forma en la que el país se desarrolle. ¿A qué me refiero? El 54-46 (Participación Pública – Privada en la Generación de Energía) pasó de ser el hito o el objetivo del que se habló mucho y, al final, se crean modelos dentro de la propia ley que le dan la vuelta un poco al 54-46. Entonces, resulta que hay formas de inversión privada que podrían ser contabilizadas como si fueran del Estado; me refiero a los contratos de largo plazo o las inversiones mixtas. 

Pero, al mismo tiempo, hay formas de inversión privada que no se van a contabilizar dentro del 54-46, como es el autoconsumo y generación distribuida, que ya se sabía. Entonces, hay una intención muy interesante del gobierno con la nueva ley de generar apariencias de “estoy cumpliendo políticamente con la herencia que tengo en 54-46”, pero genero modelos para darle la vuelta porque, si no, el país no se va a desarrollar. Es muy interesante cómo está sucediendo esto. 

Ojo, no quiere decir que se abra un mercado completamente. Sí hay limitaciones y, sobre todo, hay limitaciones técnicas que ayer platicaba con algunos expertos ingenieros, quienes me dicen que ahora va a tener que ser mucho más cuidadoso el diseño de centrales, sobre todo de autoconsumo y generación distribuida. Pero bueno, creo que finalmente se tiene que trabajar en ello y tenía que hacerse en algún momento. 

Dentro de este nuevo entorno, no sé si estamos hablando de un nuevo modelo energético. Sé que hay dos ingredientes ahí que se suman y que aparentemente lo justifican, que es el término de “soberanía energética” por un lado y, por otro lado, el término de “justicia energética”. ¿Cómo ves estos dos aspectos? 

El primero, el de soberanía, la realidad es que creo que no se mueve mucho. Al contrario, creo que la apuesta o el gran ganador de la reforma sigue siendo el gas natural y, si consideramos que el 100% del gas natural que utiliza CFE es importado, no veo que se le mueva en realidad mucho, más que decir que ahora hay más o habrá más propiedades de CFE que van a generar energía eléctrica. Fuera de esa parte de la narrativa, insisto, el asunto de la alta dependencia y del crecimiento de la dependencia del gas natural que viene de Estados Unidos no le abona mucho al término de soberanía ni a la idea de que “yo decido sobre mi futuro energético”. No veo ahí algo de soberanía. 

Una parte interesante es que ahora se habla de justicia energética. Creo que hay dos puntos y me gustaría hablar un poquito más de ellos porque es importante. Por un lado, se está hablando de que se genera un mecanismo para darle los satisfactores energéticos a quienes no tienen acceso a ellos y se transforma un poco el Fondo de Servicio Universal Eléctrico a un Fondo de Servicio Universal Energético, es decir, lo que ya existía se modifica un poco. Por otro lado, se le da más importancia al impacto social de los proyectos. Hay que decir que, si algo bueno trajo el sexenio pasado al sector energético, fue que hizo que las empresas voltearan con más énfasis al impacto social de los proyectos, lo cual me parece muy bueno. 

Ahora, digamos que solidifican eso un poco en la ley. ¿Qué tanto va a ser en realidad solamente el nombre y qué tanto va a ser operativamente más fuerte? Dependerá mucho de la autoridad, pero creo que son dos pasos en buena dirección. Al menos desde el punto de vista energético, el de justicia energética es un paso en el camino correcto, el de soberanía me parece más bien parte de una narrativa. 

En este sentido, esta nueva Comisión Nacional de Energía que viene a sustituir a la CRE, pareciera que tiene ciertos conflictos de interés porque entiendo que radica completamente en la Secretaría de Energía. Sin embargo, por otro lado, no sé si deberíamos reconocer que la anterior CRE no veía mucho esta cuestión de la justicia energética y ahora hay un énfasis mucho más acentuado. ¿Qué te parece esta nueva figura? 

Lo primero es que el asunto de la justicia energética no tenía absolutamente nada que ver con la CRE; las evaluaciones de impacto social se llevaban a cabo en SENER. Desde mi punto de vista, esto no debía haber sido ni debe ser como se está planteando. Si alguien va a ver el asunto de justicia energética o si alguien va a asegurarse de que se atiendan bien las evaluaciones de impacto social, creo que no debería ser ni siquiera la Secretaría de Energía, lo debería de llevar alguien como la Secretaría de Gobernación, que tiene un poco más la visión y el termómetro social. Pero bueno, se mantiene en la Secretaría de Energía, lo cual no está tan mal. 

Como bien dices, la CRE jamás tuvo que ver con el asunto de justicia energética porque no estaba en sus facultades. Este era un asunto meramente de la Secretaría de Energía. Pero era tal el asunto que hubo muchos programas sociales tanto del Gobierno Federal como de gobiernos locales instalando paneles solares aislados de la red y sí estaba el FSUE (que lo ejecutó CFE en el último sexenio), pero también había programas estatales y federales que estaban descoordinados. 

Creo que lo ideal sería que ahora hubiera una coordinación entre la Secretaría de Energía, que es la encargada del asunto de justicia energética, con la Secretaría de Bienestar e incluso en algunos momentos con la Secretaría de Gobernación, que insisto, es quien debería llevar este tipo de asuntos.

De acuerdo. Ahorita comentabas el tema de la prevalencia de CFE, este 54-46. ¿Qué implica esa prevalencia de CFE en términos de mercado? 

Lo primero es que, con las condiciones actuales del país, hablar de despacho y discriminación en el despacho de una central es complicado. Tuvimos el año pasado momentos en los que hubo cortes de energía eléctrica y eso significa que tenemos un margen de reserva menor al 3%; entonces, si tenías una reserva operativa menor al 3%, quiere decir es que no están teniendo mercado porque no hay una oferta suficiente de energía. 

Entonces, hablar de una prevalencia en ese momento significa que le doy prevalencia a CFE y los despacho antes, pero al final tengo que despachar todo porque si no, no voy a tener energía suficiente. Creo que el asunto de prevalencia va más por el lado de la planeación, de a quién darle certeza o a quien darle mayores facilidades para el establecimiento de nuevas centrales eléctricas; que el propio estado va a ser quien decida y tenga ahora la planeación vinculante del sistema eléctrico nacional. Creo que es por ahí, más que estar pensando en un despacho, porque insisto, si no hay energía suficiente, la prevalencia del despacho no tiene mucha relevancia, porque al final tienes que estar despachando todo. 

Entrando un poquito a los subsectores de energía. Primero con lo que es la generación solar distribuida, pareciera que este aumento en ese límite de 0.5 a 0.7 MW es una buena oportunidad de participación para el sector privado. ¿Cómo visualizas ese mercado?

Obviamente hubiéramos deseado que fuera un MW completo y no quedarnos en el 0.7, pero me imagino que hay restricciones del sistema eléctrico, ¿Es así?

En el sistema eléctrico, CFE distribución tiene razonablemente bien mapeado cómo están las redes generales de distribución, y sabemos que los circuitos de distribución rondan en capacidades entre 2 y 8 mega watts; eso por un lado, hablando de la infraestructura eléctrica. Pero, por el otro lado, hablando de las necesidades de la industria, muy interesante, estaba yo viendo en la tarifa GDMTH (que es la industrial) a la DIST, tenemos más de 100,000 usuarios que están demandando cantidades de energía importantes, que no necesariamente podrían ser satisfechas con centrales de 500 kilowatts. 

Ahí viene algo importante, en las leyes nos dicen que van a ser 0.7 mega watts, pero, por el otro lado, no sabemos cuál va a ser la regulación para este si desaparece el net metering por ejemplo, o el intercambio neto de energía; creo que va a ser algo crucial para ver qué tanto va a poder crecer esta parte. Para mí, desde el punto de vista industrial y pensando en negocios, creo que van a ser más importantes estos permisos rápidos o permisos facilitados de 0.7 mega watts que en sí la generación distribuida. 

La generación distribuida, qué bueno, bienvenida, qué bueno que crece. Como dices, lo ideal debió haber sido crecerla a 1 mega watt o también (todavía lo pueden hacer) bajar el límite para entrar al mercado eléctrico de 1 MW a 0.7 y entonces que todas las escalas tengan acceso; porque ahorita se quedó un limbo entre 0.7 y 1 MW en el que no puedes acceder al 100% de tu energía por distribuida, pero tampoco puedes acceder al mercado eléctrico. 

Entonces, creo que sí, yo terminaría de cerrar esa brecha. Sí hay una oportunidad, ¿qué tan grande es la oportunidad? Va a depender de los mecanismos secundarios y también de los costos, por ejemplo, de almacenamiento, que creo que va a ser el gran “boom” que puede haber con estos nuevos modelos de 0.7 MW, si sí, o no, se mantiene el “net metering”, este modelo de 0.7 creo que va a ser todavía más importante para la industria.

En el caso de lo que llamábamos abasto aislado, que ahora le estamos llamando autoconsumo. En donde el autoconsumo parece que nos están dando la posibilidad de irnos hasta 20 MW; es un volumen de energía que le puede dar cabida a una planta automotriz. Entonces, esto entiendo que es generación para autoconsumo sin que estés conectado a la red, 

Me parece que es una solución, no sé si necesariamente total, pero pareciera una manera de resolver el tema de atracción de inversión. No sé cómo lo veas tú o si esto tiene restricciones en términos técnicos. 

Sí, el modelo que hablabas era el abasto aislado, que podía ser realmente aislado o interconectado. Es un oxímoron, pero así lo nombraron, y no tenía límites antes o tenía un límite mucho mayor; ahora te dicen que el límite es más chico, pero te van a dar los permisos más rápido. 

Yo creo que eso sí desató un poquito el cuello de botella de muchísimas empresas. No sé si el automotriz, porque, por ejemplo, hasta donde tengo información, la demanda que esperaba tener la planta de Tesla en Nuevo León era de 150 megas. Entonces, obviamente, algo de 20 megas no le alcanza para nada, entonces necesitan un permiso de generación más grande. 

Pero, además de eso, creo que alguien como Tesla no está pensando necesariamente en tener la generación detrás del medidor, tal vez alguna parte de su generación de emergencia o cosas así sí podría tenerla; abastecer una parte de su energía, por ejemplo, cubriendo todos sus techos con paneles solares podría ser una opción, pero la operación de una central tan grande sí requiere acceso a mercado y a todo lo que pueda ofrecer el mercado, además de la regulación primaria. Todo esto creo que sí es bastante más grande. 

Sin embargo, por ejemplo, Tesla iba a comprarle partes a todo un ecosistema que debería estar detrás o alrededor de la Giga Factory. Hay cosas en las que hay terceros (ahí sí veo empresas) que iban a demandar cosas como 5, 10, 15 megas, que ahí sí podían generar detrás del medidor y quitar este cuello de botella. Hay muchísimas empresas de ese tipo en todo el país que son accesorias de grandes empresas que pueden ir generando su energía detrás del medidor con este tipo de modelos. 

Creo que sí lo veo bien, no es la solución final, pero es darle un poco de respiro a esta parte; a sabiendas (creo que el gobierno sí lo tiene muy claro) de que, si no abríamos una puertita por ahí, toda la inversión de nearshoring (que de por sí no está llegando como se esperaba) se quedaba frenada. Entonces, hay una puerta, no es total, pero una buena parte creo que se mantiene ahí viva.

En particular, en estos 20 MW estaríamos hablando de una solución incluso para los parques industriales, obviamente de cierto tamaño y de cierta estructura industrial, ¿no? 

Para parques industriales como parque, no estoy seguro; para empresas simples dentro de los parques industriales, puede ser. Y ojo, porque después de una columna que escribí al respecto, mucha gente me escribió para decirme “oye, pero ¿quién va a tener 40 o 20 hectáreas detrás del medidor para esto?” y les dije “no, no, no, yo no estoy hablando solamente de solar”. 

Sí puede ser solar, pero, por ejemplo, puedes tener 5 megas de solar que te den durante el día y el resto abastecerte con gas natural y tener un permiso de generación con más de una tecnología que te permita generar el 100% de tu energía, o tal vez el 80-90% y el resto tomarlo de la red, pero satisfacer muy buena parte de eso con cierta seguridad, e incluso con baterías.  Creo que se tiene que pensar en un mix de generación local, no solamente en una tecnología. 

Ahora, en este nuevo marco regulatorio que viene, se ve que prevalece el mercado eléctrico mayorista, aparentemente el CENACE continúa, lo que no me queda claro es ¿dónde está la energía? Porque, al final, ese mercado funciona con energía y tenemos tiempo atrás de que ya no hubo subastas. ¿Cómo ves ese segmento? 

Creo que hay que hablar un poquito de números de cómo está compuesto ahorita el flujo de energía en el sistema. La primera parte, el mercado es relativamente pequeño todavía, estamos hablando de que la energía que se compra y vende en el mercado eléctrico es alrededor del 8-9% del total de energía que tiene el sistema. Hay por ahí de un 35% de energía que está en los contratos legados de autoabastecimiento, que se irán venciendo de aquí a 2039. En los siguientes 14 años esta energía que está ahorita en autoabastecimiento irá migrando al mercado eléctrico, el mercado eléctrico terminará con un 40-45% y el resto de la energía estará en suministro básico. 

Yo me imagino que, si dejan ser al mercado tanto como pueda, la naturaleza diría que el mercado eléctrico absorbería todo el autoabastecimiento y eso sería lo que lo fortalecería. Pero, desde mi punto de vista, el sistema ahora va a crecer de una forma distinta hablando de la industria, me refiero a que este asunto de “ahora sí te voy a dar permiso para generar detrás de tu medidor cantidades un poco más grandes de energía, hasta 20 megas” va a hacer florecer mucho más la industria del autoconsumo y la autogeneración. 

Entonces, va a depender de si estamos hablando de empresas nuevas o ampliaciones de empresas; tal vez no va a crecer tanto el mercado eléctrico mayorista como sí lo va a hacer la autogeneración. Es un modelo de negocio que muchos de los participantes del mercado eléctrico llevan a cabo y es “tú me pagas por energía, aquí te voy a instalar paneles solares o poner un generador de gas detrás del medidor; a lo mejor sigo teniendo mis transacciones en el mercado eléctrico, pero otra parte la voy a tener contigo”. 

La ley tiene una restricción que es que el titular del permiso de generación tiene que ser el mismo titular del centro de carga. Pero eso sabemos que con un contrato de arrendamiento de la central eléctrica o un contrato de servicios se resuelve, no es problema. Entonces, creo que va a cambiar un poco la topología de la red, en este sentido, va a ser más generación en sitio, pero el mercado eléctrico va a subsistir y los que están ahí; difícilmente veo a alguien que emigre a suministro básico, a menos que sea por amenazas, pero yo no veo a alguien por gusto regresando a suministro básico con tarifas no competitivas. 

Otro gran segmento ahí del sector eléctrico es la parte de proyectos de generación. Entiendo que la reforma trae esta apertura de hacer inversiones público-privadas, pero quiero imaginarlas como que puedes participar (obviamente a la vieja usanza) en donde el activo se queda CFE, pero puedes participar como privado haciendo una coinversión para el desarrollo de alguna planta de generación. No sé cómo veas este segmento en particular, no sé si se parece incluso al de hidrocarburos. 

Este fue el modelo de PIEs, el viejo modelo de PIEs de “yo construyo y opero”. La gran diferencia es que antes las plantas desde un inicio se las quedaba el privado, ahora te dan la opción de que se les pueda quedar CFE; ya funcionaba un poco así. No creo que para el usuario sea la mejor noticia porque ahora cuando firmes un contrato PPA para 15 o 20 años sabiendo que no te vas a quedar con la planta, vas a tener que agregarle el costo de transacción para que al final CFE se quede con la planta. 

Que tampoco le veo la ventaja porque CFE va a quedarse con activos de 15 o 20 años que no veo a alguien queriendo adquirirlas; pero ha sido parte del fetiche de CFE de “me quiero quedar al final de la vida útil con las plantas”. Pero tan saben que no es necesariamente la mejor opción, que este tipo de contratos desde la ley te dan la opción de quedarte con la planta, pero no es obligatorio que CFE se quede con la planta. Es un poco revivir el modelo de PIEs, darle un poco de gusto a CFE, pero pues no hay del todo ahí la ganancia. 

Entonces, en base a estos diferentes componentes del sector, estamos hablando de un nuevo modelo de energía, al menos del sector eléctrico, donde hay oportunidades tanto en generación solar distribuida, en la parte de autoconsumo, en el mercado eléctrico mayorista y en la posibilidad de coinversión público-privada en nuevas plantas de generación. ¿Realmente se está abriendo la puerta o estamos hablando nada más de ventanitas en donde el sector privado puede participar?

Yo creo que sí se están abriendo puertas. A ver, cuando tuve la primera entrevista después de hacer un análisis completo, dije “si yo veo la reforma desde dos puntos de vista, uno del punto de vista del inversionista y del gran consumidor, lo veo bien”. Hay opciones para generar detrás del medidor, se queda el mercado eléctrico; como inversionista encuentro oportunidades para invertir, a lo mejor no son las mejores, pero todo mundo al final del día encuentra su espacio y se acomoda”. 

Para mí, quienes no ganan o incluso quienes pierden con esta nueva ley son los pequeños consumidores porque, primero, aunque nunca se hizo real y nunca fue factible en los hechos, había la oportunidad de cambiar de suministrador, de tener otro suministrador de servicios básicos; que insisto, nunca se hizo, pero estaba ahí en la ley. Y la otra es que el suministrador de servicios básicos tenía la obligación de ir a subastas para comprar la energía al costo más barato posible y esto ahora se mantiene, pero ya no es obligatorio. 

Entonces, no tenemos la garantía de que el pequeño usuario tenga acceso a la mejor opción de energía, al menos a la más barata, y es ahí donde creo que el ciudadano (el pequeño consumidor) pierde. Pero desde el punto de vista de inversión hay opciones, a lo mejor no son las mejores, pero sí hay opciones y sí se abren puertas. 

¿Qué aspectos debería cuidar el sector privado en este nuevo entorno de relación con el gobierno en el sector eléctrico? 

El otro asunto que no me gusta de la reforma es que pierde transparencia; al no haber, por ejemplo, los términos de estricta separación legal, se pierde transparencia, se pierden cosas ahí, eso no me encanta, pero sí camina. Creo que hay que ver, uno, el asunto de precios; dos, hay que estar muy atentos a cómo va a ser el despacho con esta prevalencia, porque hay una pequeña contradicción que en los reglamentos tendrán que resolver que, por un lado, te dicen que se recibe primero la energía más barata (el despacho por mérito económico), pero, por otro lado, hay la prevalencia de la empresa pública que históricamente sabemos que no es la más barata para generar energía eléctrica (al contrario, es la más cara). Entonces, ¿cómo vas a lograr empatar estos dos criterios en el despacho? Porque va a ser algo súper interesante. 

Y otra cosa que tiene que cuidar el sector privado es que creo que vamos a tener que tener para los proyectos de autoconsumo y para generación distribuida una mayor precisión en el diseño de los sistemas para permitir que estos proyectos sean lo más rentables y atender al usuario industrial al final del día. 

Se ve un nuevo entorno, yo creo que positivo. Esto que comentabas de agilizar esos trámites sería lo idóneo, quizá lo que comentabas también en términos de que la inversión necesita tomar confianza y es lo que no queda muy claro de todo el modelo (¿cómo confiar en este gobierno que inició con una serie de reformas que claramente han inhibido la inversión?), toda esta reforma del poder judicial, por ejemplo, ha metido incertidumbre. No sé qué tanto ese aspecto mina las buenas intenciones o las buenas perspectivas que podemos tener de todo el paquete de reformas en el sector eléctrico. 

Ese fue el tema que platiqué con muchísimas empresas chicas, medianas y grandes del sector; probablemente la ley esté bien hecha, probablemente tenga sus defectos como toda obra humana y se pueda mejorar, pero el gran problema de la ley no es la ley, sino la reforma judicial. Ahora no tienes certeza de que el poder judicial vaya a defender la propia Constitución, sino que probablemente va a defender a quien esté gobernando en ese momento; tal vez los extranjeros tengan la salvedad de decir “pues me voy a Londres a defender mis inversiones en los términos de los tratados internacionales”, pero las empresas mexicanas no tienen esa ventaja. Pero incluso los extranjeros, si lo platicas con ellos, te dicen “sí, puedo ir a Londres, pero nadie invierte pensando en irse a Londres”, todo el mundo quiere certeza porque su negocio es hacer dinero, no pagar abogados en Londres. 

Entonces, creo que el gran error de la reforma energética no es la reforma energética, sino la reforma judicial y ese es el gran riesgo. Yo quiero creer que, a diferencia del gobierno anterior en el que al presidente lo que más le importaba era la política y el parecer, Claudia Sheinbaum tiene una visión distinta y no quiere ser la presidenta a la que el país se le frene o se le caiga, y van a permitir más la inversión desde ese punto de vista. Pusieron este marco legal que creo que ellos mismos quieren respetar y, desde ese punto de vista, creo que hay un poco más de certeza. Pero sí, sin duda, el gran defecto de la reforma energética es la reforma judicial. 

Completamente de acuerdo. Por último, tenemos una lectura clara del año pasado de que no había suficiente energía, ya vienen los meses de calor, la demanda de energía sin duda va a crecer, no creo que tengamos respuestas de corto plazo aún con toda esta buena voluntad, ¿cómo ves el entorno? 

Cuando me preguntaban en plena época electoral, yo decía que independientemente de quién gane las elecciones, vamos a tener apagones de aquí a 2028-2029. Ahora lo que sabemos es que hay algunas obras de transmisión (que es lo más importante) que se van a empezar a construir a partir del año que viene, yo hubiera iniciado las obras de transmisión desde este año. No estoy seguro si va a ser suficiente para satisfacer la demanda y yo la verdad es que veo difícil que los apagones se mitiguen a menos que haya una lluvia de permisos detrás del medidor lo que reste de este año y el año siguiente, pero veo difícil que se puedan mitigar apagones al menos de aquí a 2030; creo que la demanda va a seguir creciendo y lo vamos a seguir viendo lamentablemente por lo menos hasta 2030.

Probablemente a partir de 2028-2029, que veamos la conclusión de proyectos de transmisión y de algunos proyectos que se puedan echar a andar, estemos en otras condiciones, pero a mí se me antoja difícil porque, como bien dices, viene la etapa de calor, el año pasado fue tremendo, la demanda sigue creciendo y no hay opciones en el corto plazo para satisfacerlas. El peor ejemplo tal vez sea la Península de Yucatán, que sigue creciendo a un ritmo súper acelerado y las plantas que se construyeron no van a ser suficientes porque, además, no van a tener el gas natural al menos de aquí a 2027, entonces sí está de miedo; y cuando las terminen y cuando estén todos operando, la demanda habrá crecido todavía más.

Entonces, estamos en un juego en el que se tendrían que liberar muchísimos permisos y darle certeza a estos proyectos para que se desarrollen, si no, el problema va a continuar todo el sexenio, yo creo que va a ser difícil recuperar todo lo que se perdió en el anterior. 

Finalmente, hemos estado pidiendo más energía, en cantidad, en calidad y limpia; aparentemente esta reforma y estas leyes secundarias que están ahorita en discusión en el Congreso pareciera que brindan respuesta a que sí, el sector privado va a poder tener acceso independientemente del tamaño de empresa, podría tener alternativas para acceder a esta energía, ¿cuál es tu opinión?, ¿efectivamente es así? y ¿eventualmente el mensaje para el sector privado es “busquen esta energía donde se encuentre”? 

Yo todavía tengo una duda sobre qué va a pasar con los proyectos de autoabastecimiento y lo voy a explicar muy rápido. El sexenio pasado se le intentó subir la tarifa de porteo a los proyectos de autoabastecimiento para forzar a los socios de las sociedades de autoabastecimiento a migrar a mercado eléctrico, sin embargo, fue muy mal realizado por parte de la Comisión Reguladora de Energía, lo cual hizo que en la Corte se frenara esto que muchos llamaron el “tarifazo” y no se pudiera solidificar esta parte. 

Ahora, con la Corte a favor, una parte de la intención del gobierno, y lo ha dicho claramente, no es ninguna interpretación, es que va a haber tarifas justas de acceso a la red, esto podría significar una presión fuerte hacia los permisionarios o hacia los centros de carga que están en estos permisos de autoabastecimiento, si eso sucede van a tener que migrar a mercado eléctrico rápido y entonces va a tener que haber la apertura de mercado eléctrico para poder migrar todos estos permisos. Ese es el único “pero” que yo le veo, fuera de ahí insisto en que sí parece ser que hay opciones tanto de mercado eléctrico (veamos si va a tener energía suficiente con las migraciones, creo que sí podría verlo) y para generar detrás, que creo que sí las hay, al menos en la ley. 

¿Cómo la van a ejecutar? Es una gran duda, sobre todo porque ahora tienes (como lo decías casi al inicio de la entrevista) un conflicto de interés en un regulador que está dentro de una secretaría que preside el consejo de administración de una de las empresas que está en competencia, entonces si hay este conflicto que se dijo desde hace mucho y veremos cómo lo resuelven. 

Estimado Víctor, te agradezco muchísimo tu tiempo para esta entrevista y veamos qué es lo que nos espera próximamente. 

Está muy interesante, la verdad, nosotros nos estamos preparando porque queremos atender decenas y, si podemos, cientos de permisos de autoconsumo. Creo que va a ser lo que, como dicen aquí en el barrio “va a rifar”, entonces queremos meternos en eso de lleno para ayudar a que se desature el asunto industrial, sobre todo. 

Muchísimas gracias, Víctor. 

Suscríbete y recibe gratis nuestra revista