Claves para el éxito en proyectos de eficiencia energética: Evitando errores comunes

En el contexto actual de la lucha contra el cambio climático, la Eficiencia Energética (EE) es esencial para alcanzar los objetivos de descarbonización y la meta de “Net Zero”. No solo implica la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino también la transformación de las operaciones empresariales para minimizar el consumo de energía. Implementar proyectos de EE exitosos es fundamental para reducir la dependencia de combustibles fósiles, aprovechar energías renovables y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.

La EE no solo reduce costos, sino que también es clave para cumplir con compromisos internacionales como el Acuerdo de París y la Agenda 2030 y generar oportunidades económicas en la transición hacia una economía verde. Sin embargo, muchos proyectos de EE fallan debido a errores evitables. A continuación, se destacan cinco causas comunes de fracaso y cómo superarlas.

1. Planificación deficiente

La planificación es esencial en los proyectos de EE. Un error común es no dedicar suficiente tiempo y recursos a esta etapa. Un análisis de materialidad puede ayudar a identificar y priorizar temas relevantes, asegurando que los proyectos no solo generen ahorros energéticos, sino que también se alineen con la sostenibilidad a largo plazo de la empresa.

Sin un análisis adecuado, las empresas pueden centrarse en proyectos que no aportan valor estratégico. Además, la falta de claridad en objetivos, roles y responsabilidades puede desviar el proyecto de su propósito original. La clave es integrar los proyectos de EE con la estrategia de sostenibilidad mediante un análisis de materialidad riguroso, asignando roles y responsabilidades claras.

Solución: Desarrollar un plan detallado que identifique las áreas de mayor impacto en términos de sostenibilidad y eficiencia, y alinear los proyectos con la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Un enfoque integral asegura que los proyectos generen valor a largo plazo.

2. Evaluaciones técnicas incorrectas

El éxito de los proyectos de EE depende de diagnósticos técnicos rigurosos. A menudo, los proyectos fracasan por implementar tecnologías sin analizar adecuadamente su impacto en el consumo energético. Esto puede llevar a la adopción de soluciones inadecuadas para las necesidades específicas de la empresa.

Implementar tecnologías avanzadas sin considerar las particularidades de una planta o edificio puede resultar en un rendimiento inferior. Las evaluaciones técnicas detalladas permiten identificar oportunidades como la integración de energías renovables o la optimización de procesos industriales.

Solución: Realizar diagnósticos energéticos y evaluaciones técnicas exhaustivas que tengan en cuenta las características de la infraestructura y el consumo energético. Esto garantiza que las decisiones estén respaldadas por datos y maximicen los ahorros energéticos.

3. Incumplimiento de normativas

Cumplir con las normativas locales y nacionales es crucial. Ignorar regulaciones, como las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) o el Código de Red Eléctrico, puede acarrear sanciones legales, paralizaciones de operaciones y dañar la reputación de la empresa.

El incumplimiento normativo no solo afecta el éxito del proyecto, sino que también pone en riesgo su capacidad para atraer inversiones. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más valorada por inversionistas y consumidores, cumplir con las normativas es indispensable.

Solución: Asegurarse de que el proyecto cumpla con las normativas desde el principio. Colaborar con expertos legales y técnicos para evitar problemas regulatorios que puedan comprometer la viabilidad del proyecto.

4. Falta de un plan de medición y validación (M&V) de ahorros 

Uno de los errores más comunes en proyectos de eficiencia energética es la falta de un plan de medición y validación de ahorros. Sin un seguimiento adecuado de los ahorros alcanzados, se vuelve complicado justificar futuras inversiones y tomar decisiones correctivas. Este seguimiento es fundamental para demostrar el impacto real del proyecto y asegurar su efectividad a largo plazo.

Protocolos como el International Performance Measurement and Verification Protocol (IPMVP) proporcionan un marco confiable para medir y verificar los ahorros energéticos obtenidos. De igual manera, la adopción de un Sistema de Gestión de Energía basado en la norma ISO 50001 ofrece una estructura para garantizar la mejora continua en el desempeño energético, promoviendo así la sostenibilidad de los resultados a lo largo del tiempo.

Solución: Establecer un sistema de medición y verificación de ahorros desde el inicio del proyecto, contando con personal capacitado para gestionar estos procesos. La implementación de protocolos como el IPMVP y la norma ISO 50001 no solo asegura que los resultados sean verificables, sino también replicables en futuros proyectos.

5. Bajo compromiso del personal

El compromiso de los colaboradores es crucial para el éxito de cualquier proyecto de EE. Muchas veces los proyectos fracasan porque no se comunica adecuadamente su importancia, lo que genera falta de motivación o resistencia al cambio.

Además, la falta de competencias técnicas entre los colaboradores puede limitar su capacidad para implementar y seguir las medidas de EE. Un personal bien capacitado puede identificar problemas, proponer mejoras y operar eficientemente las tecnologías implementadas.

Solución: Involucrar al personal desde el inicio y proporcionarles la capacitación necesaria para su participación en el proyecto. Capacitar a los empleados no solo mejora su compromiso, sino que también asegura que cuenten con las habilidades técnicas para operar los sistemas de manera eficiente.

El éxito de los proyectos de eficiencia energética depende de decisiones estratégicas acertadas que deben ser impulsadas por la alta dirección. Estas decisiones incluyen una planificación alineada con la sostenibilidad, evaluaciones técnicas rigurosas, cumplimiento normativo, y la adopción de estándares como el IPMVP y la ISO 50001. Además, el desarrollo de competencias en los colaboradores asegura una implementación y seguimiento efectivos.

Cuando la alta dirección lidera estos esfuerzos, se crea una cultura de mejora continua que garantiza tanto el éxito de los proyectos como la competitividad a largo plazo. Estas decisiones no solo generan ahorros y reducciones de emisiones, sino que posicionan a la empresa como líder en sostenibilidad y responsabilidad corporativa.

Alberto Escofet

Septiembre 2024

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