Antes que nada, agradecerte mucho Ana Ludlow por esta entrevista para Energy Insights, que, como bien hemos comentado, es un nuevo proyecto editorial que va orientado a la Alta Dirección. La intención es llevar los temas de energía a directores generales y directores de finanzas que muchas veces en algunos sectores productivos no necesariamente son especialistas en los temas de energía, pero al final son los tomadores de decisiones finales de muchos de los proyectos. Entonces, la intención de Energy Insights es llevar la discusión y el análisis en el tema de energía, por eso te agradezco muchísimo este espacio.
Al contrario, gracias por considerarnos y por tenernos presentes en este nuevo medio que yo sé que está arrancando, pero que estoy segura que se va a posicionar muy rápidamente porque es un sector que necesita conocer de mejor manera los temas de energía para tomar decisiones informadas y yo creo que en este momento se vuelve sumamente relevante porque vienen muchas oportunidades y va a haber una cartera de opciones enorme, entonces, creo que un espacio así venía haciendo mucha falta. Así que gracias por considerarnos y feliz de estar aquí contigo.
Quisiera, si te parece Ana, tomar esta entrevista y que la viéramos como en bloques sectoriales. Yo sé que tú has estado muy involucrada en los temas de hidrocarburos, principalmente en los temas de gas, entrando primero en ese tema sectorial, ¿qué es lo que percibes como oportunidades, pensando en el empresariado que es el que lee este medio? y ¿Qué vemos en el sector de oil&gas para lo que está pasando recientemente con los cambios regulatorios y el cambio constitucional y la estrategia de energía que se está poniendo sobre la mesa?
Yo creo que lo dividiría en dos partes. La primera es para aquellos que no han tenido todavía acceso al gas natural, este es el momento en el que tienen que acercarse a sus asociaciones sectoriales, levantar la mano con los gobiernos estatales de aquellas zonas en donde todavía no hay este tipo de energía y pedir que se considere dentro de esta planeación de infraestructura. Siempre comparto que México vive dos realidades distintas; los estados donde históricamente ha estado presente el gas natural y que han tenido un desarrollo industrial importante y aquellos donde no ha habido el desarrollo de esa infraestructura y que lamentablemente no han tenido el potencial de atracción como los otros lugares, esto los ha privado, entre otras razones, a poder duplicar producto interno bruto como se ha demostrado en aquellos lugares donde sí hay acceso al gas.
Entonces, lo primero es que, si no tienes gas, trates de acercarte a tenerlo lo antes posible, porque hay dos variables que son muy importantes a la hora de que alguien tome la decisión sobre cómo mejorar el desempeño de su empresa, los márgenes de utilidad o la competitividad: el primero incluye obviamente los costos, donde la energía siempre ha jugado un papel importante, sobre todo para algunos sectores específicos como automotriz, alimentos, químico, papelero y otros, en ese caso, las empresas tendrán una ventaja muy importante en términos económicos (dependiendo la zona en donde te encuentres puede haber ahorros entre 40% y 60% contra los combustibles alternos, ya sea LP, diésel o combustóleo), cuando las empresas no tienen gas natural, están perdiendo una oportunidad de competitividad y una oportunidad de mejorar los resultados financieros, eso sería la primera razón por la que yo empujaría como industrial si no tengo acceso al gas natural a poder acercarlo cuanto antes.
El segundo es un tema medioambiental, ya que cada vez está siendo más relevante para las empresas grandes, para las empresas globales y para las empresas transnacionales este concepto de sustentabilidad. Cuando tú hablas de sustentabilidad quieres que no solamente los productos que tú recibes, sino que toda la cadena de valor y toda la proveeduría estén buscando los mismos objetivos que tú, sobre todo en términos de disminuir el impacto medioambiental, y una manera de hacerlo es reemplazando otros combustibles fósiles más contaminantes por el gas natural.
Para este primer bloque serían esos los dos puntos que me gustaría resaltar, aquellas empresas que no tienen acceso al gas natural buscar alternativas para gestionar que se puedan tener acceso a este. Se ha platicado mucho de la viabilidad de los gasoductos virtuales y es una excelente noticia que CENAGAS esté buscando desarrollarlos, entonces, creo que se vuelve cada vez más relevante que las asociaciones, las cámaras, los secretarios de economía, tanto municipal como estatal de las zonas donde no hay gas, levanten la mano para que CENAGAS pueda contemplarlos dentro de este plan nacional energético en temas de hidrocarburos.
Obviamente aquellos que tengan la suerte de estar en un polo de desarrollo ya llevan un buen tramo avanzado; pero aquellos que a lo mejor no están en un polo de desarrollo y sí en esos estados donde todavía no ha llegado el gas, es el momento de levantar la mano. Eso es como la primera parte de ese bloque de sector industrial que vive una realidad donde no hay gas natural; para aquellos que ya la tienen, yo creo que vienen también cosas interesantes, lo primero creo que es volver a reiterar que tenemos acceso al gas natural más barato y al más abundante, estamos en una comunicación como región con toda la parte de Norteamérica, entonces estamos viendo que ya va a haber más interconexiones al sistema Wahalajara y va a poder haber gas muy competitivo para los siguientes años. Entonces para estos usuarios la recomendación se divide en dos partes. La primera es administrar tus riesgos; no queremos que vuelva a ocurrir una tormenta invernal como la de febrero de 2021. Lo primero que tienes que hacer, como industrial, es asegurar que tengas acceso al gas natural. ¿Cuál es la manera de asegurarlo? Hay dos formas. Primero, verifica que tu comercializador tenga capacidad de transporte en firme. Ya se ha liberado mucha capacidad que antes era un tema en el mercado, debido a que no se utilizaba la capacidad de los gasoductos del SISTRANGAS. CENAGAS ha hecho temporadas abiertas para poner a disposición de los clientes industriales esa capacidad. Por lo tanto, lo primero es contar con un buen comercializador, que tenga una posición relevante en el mercado y capacidad de transporte en firme, para asegurar que tengas acceso a ese gas sin restricciones o con las menores restricciones posibles, minimizando el riesgo.
El segundo paso es establecer una estrategia de administración de riesgos. ¿Qué significa esto? Significa que, ahora que tenemos buenos precios, deberíamos empezar a buscar estrategias de cobertura. Estas estrategias deben asegurar que no tengas exposición significativa, garantizando al menos un techo en los precios que pagarás en el futuro. Esto es crucial, ya que, para fines presupuestales, las áreas de operación y mantenimiento, de proveeduría y de dirección general deben tener visibilidad sobre los principales costos, siendo uno de los más importantes el combustible.
Para no estar expuesto a las típicas variaciones del mercado, lo ideal es implementar una estrategia de administración de riesgos. Muchas comercializadoras incluyen esto en su portafolio de servicios; esa sería mi primera recomendación.
La segunda recomendación es que, cuando ya tienes retos de sustentabilidad, se vuelve cada vez más relevante comenzar a pensar en los beneficios que ofrece el gas natural renovable. Este gas se produce a partir de rellenos sanitarios o de residuos agrícolas y ganaderos, los cuales se revalorizan de alguna manera, es decir, se procesan.
Lo más típico son los biodigestores, que ya habíamos visto funcionando hace muchos años. En este proceso, juntas todos los residuos en un solo sitio, las bacterias hacen su trabajo y, después de un mes, tienes biogás. Este biogás se trata; se separa el CO2 del biometano, y el biometano se inyecta en las redes de distribución. De esta manera, tienes acceso a la descarbonización de tu proceso térmico. Muchos de los clientes industriales que normalmente se acercan con preocupaciones en términos de su plan de descarbonización al 2030, 2040 o 2050, tienen acceso a energía eléctrica renovable que ya les ayuda de manera importante a reducir ese “scope” o alcance del proceso productivo. Sin embargo, siguen teniendo un consumo térmico en algunas partes del proceso. No todo se puede electrificar; para esa parte que queda remanente, el biometano se convierte en una buena alternativa, ya que reduce hasta en un 80% las emisiones de CO2 equivalentes a la atmósfera y realmente permite descarbonizar el proceso industrial.
Eso sería, en términos de gas natural, lo que veo para dos realidades distintas, que seguramente Energy Insights llegará a muchos de los segmentos de los que estamos platicando.
Ahorita que hablabas un poco de lo eléctrico. Nos quedamos con la idea de que en el mercado eléctrico no hay suficiente generación de energía, hace falta infraestructura tanto de generación como de transmisión y distribución; acá en Monterrey, en el norte, hemos también identificado que nos dicen “es que sí hay energía, pero el problema es que no la podemos bajar y se necesita también infraestructura de transformación”.
Como que hay requerimientos importantes de infraestructura para poder tener una energía disponible sin que esta necesariamente sea asequible o verde o incluso que sea de la mejor calidad posible, esto pensando en los sectores de la nueva economía que demandan energía segura, estable y que no vaya a afectar equipos e infraestructura. Ahora que entra una nueva administración, ¿cómo percibes toda la parte del sector eléctrico en términos de potencialidades, oportunidades, retos y riesgos para la industria?
Yo creo que hay una gran oportunidad en el mercado industrial desde la perspectiva del sector eléctrico. Está arrancando, pero veo señales que son relevantes. A lo mejor no es lo típico que uno escucha en este momento con todas las reformas, pero siempre me ha gustado ver el lado positivo de las cosas conforme van sucediendo.
Hoy en México tenemos dos aspectos relevantes. La primera es un posicionamiento clave en términos de lo que se espera del sector energético, al menos de aquí al 2030. Ojalá que para el plan de desarrollo nacional, podamos tener una visión más de mediano plazo. Siempre que se habla de temas tan críticos como la energía, mirar por sexenios lo vuelve complicado cuando tienes que desarrollar grandes proyectos de infraestructura, como pueden ser líneas de transmisión o líneas de distribución.
Lo que veo hoy es una claridad de que queremos liderar la transición energética en México; queremos tener una matriz energética con una participación muy relevante de energías renovables. Para mí, fue muy interesante escuchar la plática del Subsecretario Islas en el evento en el que tuve la oportunidad de participar de EnerBaja. Creo que me dio una claridad mayor sobre lo que están buscando en términos de los escenarios del plan de energía.
Sin embargo, el mensaje que me llevo después de esa presentación es que, primero, hay voluntad del gobierno de realizar las inversiones necesarias en transmisión, distribución y generación. No solamente hay un plan sobre cómo se van a realizar esas inversiones y montos establecidos para cada rubro, sino que también se está buscando que el sector privado tome un rol importante en complementar esas inversiones que estará haciendo el Estado, particularmente en términos de generación eléctrica.
Cuando se habla del famoso 46%, para mí fue mucho más claro el tamaño del mercado del que estábamos hablando. Ahí, el Doctor Islas mencionó que podrían ser entre 6,000 y 9,000 millones de dólares de inversión de aquí al 2030, que tú sabes que más o menos los ratios cuando se habla de energías renovables son de entre 6 y 9 Gigas de nueva capacidad renovable en México en este periodo. Es un plan muy ambicioso y agresivo, pero creo que sí hay apetito del sector privado para retomar los proyectos renovables que, en su momento, muchas de las empresas teníamos previsto realizar.
Creo que eso, para el consumidor, para el que está del otro lado, ofrece dos oportunidades muy interesantes. La primera es tener acceso a energía limpia, que es algo bastante escaso hoy día en el mercado. Muchos de los clientes que buscan tener acceso a energía limpia no encuentran quien se los entregue porque ya no hemos construido más proyectos de energía renovable en los últimos años de la administración anterior. Hoy se ha vuelto escasa y, con la escasez, por ley de oferta y demanda, también más costosa. Entonces, cuando haya una mayor cantidad de generación, eso permitirá que los industriales tengan acceso a energía limpia y que los precios se vuelvan más competitivos debido a la mayor oferta.
¿Qué hay que cuidar? Aquellos que están en un esquema de autoabasto deben acercarse inmediatamente con su generador y sentarse a revisar qué están previendo hacer. Lo que he escuchado de manera reiterada del Gobierno Federal es que tendrán ese acercamiento con las empresas que tienen este tipo de esquemas, que para ellos no entran dentro de la legalidad o de lo que quieren ver hacia adelante en la planeación energética para México. Ahí podría haber un riesgo para aquellos que tienen un PPA en autoabasto, en términos de que tal vez tengan un contrato de largo plazo al que aún le falten algunos años y que tengan que migrar a mercado, donde las condiciones de precio pueden ser diferentes.
Entonces, ¿cuál sería mi recomendación en este momento? Sentarse a platicar con su generador, escuchar cuáles son las alternativas y ver si el generador ya tiene previsto si tiene que migrar a mercado y de qué otras plantas les estarán entregando (obviamente, lo ideal es que siempre el centro de consumo esté lo más cercano posible al punto donde se genera la electricidad). Hay que tener mucho cuidado con los costos adicionales de mercado y recordar que no solo es la energía, la potencia y los certificados de energía limpia lo que tienes que considerar a la hora de evaluar un PPA. También debes saber cuáles serán esos costos de transmisión, el impacto de la congestión de los nodos y cómo se verá tu factura integral con todas las tarifas reguladas que tendrás que agregar. Así podrás hacer una evaluación de lo que te conviene.
Siempre lo he platicado desde el punto de vista de un usuario final: hay que tener un Plan A y un Plan B; hay que empezar a buscar cuáles son esas alternativas en el mercado. Evidentemente, el suministro básico seguirá prestando el servicio a los clientes industriales, por lo que es una opción para aquellos que hoy están en auto abasto. La ventaja que veo es que los costos de la electricidad para los usuarios de suministro básico son muy atractivos en términos de lo que podría ser un mercado liberado de precios. Hay, entonces, una oportunidad para aquellos que quisieran considerar estar con CFE, tanto en suministro calificado como en suministro básico.
Obviamente, habrá que esperar también cómo se definen las reglas que regirán el mercado eléctrico hacia adelante, pero al final hay una serie de jugadores en el mercado, y es importante para el usuario final conocer las alternativas que tiene. Pero, sobre todo, si estás en un contrato de auto abasto, tienes que acercarte de inmediato a tu proveedor para saber qué está pensando, cuáles son las alternativas que te puede ofrecer y que no corras el riesgo de quedarte sin acceso a la energía en ningún momento.
Por otro lado, tienen la posibilidad de empezar a volver a trabajar con los proveedores de energía en estos proyectos para el consumo en sitio. Ya se subió este límite de generación distribuida exenta de permiso de 0.5 a 0.7; es una oportunidad para aquellas empresas (a lo mejor pequeñas). Sin embargo, recordar que también hay otro umbral hasta los 20 megas, que puede ser una solución real y tangible para aquellas empresas que necesiten acceso a energía limpia en sitio o para proyectos híbridos. Como tú bien decías, una empresa de un data center necesita confiabilidad y no solo acceso a energía limpia.
Entonces, un proyecto de energía solar y eólica en sitio no va a resolver del todo las necesidades de un sector tan específico como ese. Sin embargo, un proyecto híbrido, donde quizás tengas generación a gas como respaldo y generación solar, puede tener sentido con un sistema de baterías. Creo que hoy se presenta la oportunidad de hacer esto hasta los 20 megas, y esto resolverá muchas necesidades de parques industriales y de consumidores que hoy tienen restricciones para poder acceder a energía limpia. Es una alternativa adicional a lo que teníamos previsto o estipulado en el mercado.
Desde esa perspectiva, también se abren puertas a otras opciones y, para el sector privado, genera una oportunidad, una vez que estén clarificadas las reglas de participación que se esperan para el mercado eléctrico. Esto permitirá tener un rol mucho más activo y realmente podamos alcanzar, aunque el 45% del objetivo que estableció la presidenta es muy ambicioso y requerirá que la maquinaria se ponga en marcha en los próximos meses, ese 32% que está previsto en el escenario conservador.
Creo que es algo que podríamos estar tratando de alcanzar como México, y que además nos daría una competitividad importante en términos de los costos de energía, que hoy son relevantes cuando vendes tus productos fuera de México, no solo dentro del mercado doméstico.
Ahorita que estás comentando el tema de energías limpias. Cuando iniciamos el mes de octubre que vino este cambio de gobierno y escuchamos el discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum hablando, a mí me pareció muy importante el que en un discurso de toma de posesión se hable de energía y que se hable de energías limpias y de energías renovables. Creo que a partir de entonces ha sido consistente mucha de la información que ha surgido de esta estrategia. ¿Tú cómo ves este entorno?, ¿cuál es tu expectativa y cuáles son tus perspectivas? y dentro de esta percepción, ¿cómo ves las oportunidades de lo que se pueda desarrollar?
A mí me da mucha emoción porque escuché dos cosas muy relevantes en este discurso de toma de protesta: la transición energética hacia energías renovables y la participación de las mujeres. Eran dos cosas que siempre habíamos dejado en el aire; ahí estaban, pero no estaban. Tomarlas en un discurso de toma de protesta creo que es un precedente muy positivo.
Me ha tocado también ver de cerca la participación, por ejemplo, de la Secretaria de Medio Ambiente en la COP 16 de biodiversidad, donde habló sobre cuáles son los retos y la visión que tiene México en términos de la transición energética. Nuevamente, con el Subsecretario Islas también nos tocó compartir un poco de su visión.
He escuchado varias veces al comisionado Walter Julián Ángel de la CRE, que es uno de los comisionados que, a lo mejor, ha tenido mayor contacto o participación en distintos foros, y que también habla de manera muy precisa sobre este concepto de transición energética.
Lo que yo veo es que se genera un ambiente propicio para que podamos tener condiciones de competitividad interesantes; la participación de las energías renovables es un hecho. Creo que esto también queda claro en la estrategia de energía que se presentó hace algunas semanas. Creo que esta estrategia debe ir acompañada de dos componentes de los cuales antes no hablábamos mucho o que estaban ahí, pero eran como el elefante blanco en la sala: sabías que estaban, pero no los querías tocar.
El primero es el Código de Red. Creo que se va a volver cada vez más importante desde la visión de los dos (del generador y del centro de carga o consumidor). Ambos van a ser relevantes, pero pensando un poco también en tu audiencia, hoy es más que crítico que tengas claridad sobre cómo está tu sistema eléctrico y si estás cumpliendo o no cumpliendo con el Código de Red. Creo que esto se va a endurecer muchísimo porque uno de los criterios más importantes que se están manejando en este concepto integral de transición energética justa es la eficiencia energética, y esta va de la mano con el cumplimiento del Código de Red.
El Doctor Islas compartía que se van a generar 14 nuevas normas de eficiencia energética, que junto con las que ya teníamos, darán un total de 37 normas en términos de eficiencia energética. Vamos a ver también qué viene ahí, pero seguramente mucho estará enfocado al sector industrial, porque al final somos de los principales consumidores y generadores de emisiones. Creo que hay que irse preparando y hacer el trabajo de revisar nuestros procesos.
Yo siempre he dicho que la eficiencia energética es una oportunidad relevante, porque no se trata solo de ver tus procesos desde una perspectiva de ahorro de energía y reducción de emisiones al ambiente, sino de lograr, de verdad, establecer una cultura y un cambio de hábitos en el que todos los que están en ese centro de trabajo cuiden la energía. Es algo que a veces damos por sentado, pero tiene un impacto económico interesante; se pueden reducir hasta un tercio los costos integrales de las facturas de energía. Entonces, no se debe dejar esto a la deriva, ya que es una oportunidad que, si la tomas antes de que se vuelva una obligación, es mucho mejor en comparación con cuando ya tienes atrás la sanción o la multa por no cumplir con tu Código de Red o por no hacer los esfuerzos necesarios en términos de eficiencia energética.
Yo veo este concepto de transición energética justa como un aspecto clave que vamos a estar escuchando cada vez más en los próximos meses, que tomará un tono distinto. Antes, en México, muchos de los temas medioambientales eran consideradas buenas prácticas; hoy creo que se volverán cada vez más obligaciones o criterios de cumplimiento en términos normativos y regulatorios. Siempre hay que estar listos para poder aprovechar lo mejor de este concepto de transición energética. Al final, si logramos descarbonizar nuestra matriz como país, eso no solo ayudará de forma global, ya que el problema del cambio climático no es un tema ni de estados, ni de municipios, ni de países; es un tema global donde todos debemos tener una aportación significativa. Además, si cumplimos como país, tendremos acceso a mayor financiamiento, que es algo que hemos venido peleando fuertemente como país emergente. Antes eran los famosos 100 millones que había disponibles; ahora son 300. Con mayor razón, hay que buscar tener acceso a ese financiamiento para establecer lo necesario en términos de transición energética.
Creo que esto también brinda una oportunidad como país en términos de ganar competitividad. Si tú tienes que salir al mercado con tus productos, ya cuentas con energía limpia y gas natural renovable, y tienes acceso a los mercados comerciales que hoy día tenemos; es un potencial muy interesante para México.
Hay un tema ahorita que comentabas de lo académico, recuerdo que la Presidenta Claudia Sheinbaum en su toma de posición habló de innovación y habló de desarrollo tecnológico, que por cierto llama mucho la atención porque no recuerdo de un presidente que hablara en su toma de posesión de estos temas y me parece que es un interés particular por impulsarlo, pero también lo que veo es que justamente esos procesos de innovación y desarrollo tecnológico dependen del gobierno; al menos en otros países el gobierno aporta recursos importantes para poderlo desarrollar.
Recientemente por acá estuvo en México Mariana Mazzucato, es una economista del London College en Inglaterra, ella trae mucho la idea del Estado emprendedor y de que es el gobierno el detonador de los grandes proyectos y hay toda una corriente ahí de misiones. Pone ejemplos de que hay proyectos que han sido muy exitosos porque los gobiernos los han impulsado fuertemente, el caso de la NASA quizás sea el más conocido y que viene de tiempo atrás, pero también hay un centro en Estados Unidos que está desarrollando todo el tema de baterías y es del gobierno, el gobierno lo está impulsando y de ahí se derraman innovaciones que después ya el sector privado toma para desarrollar otras innovaciones de índole empresarial. ¿Qué es lo que se necesita para que empresas globales puedan realizar investigación y desarrollo en México y de alguna manera impulsar modelos de transferencia de tecnología a la industria nacional?
Yo creo que lo que estamos pensando (y creo que está detrás de lo que está pensando la Secretaría de Economía), que cuando escuchamos a Marcelo Ebrard, está hablando mucho del modelo chino y polos de desarrollo, pero pensando en esos modelos de transferencia que ellos aprovecharon en su momento y que nos rebasaron en desarrollo tecnológico y nos rebasaron también en el pago del recurso humano o el capital humano. Te pongo estas ideas más que nada para invitarte a decir ¿De qué manera se podría que una empresa como ENGIE pueda desarrollar innovación y desarrollo tecnológico en México y hacerlo en conjunto con entes como universidades, centros de investigación, empresas, etcétera.
Justo hace dos semanas estuve en el centro de investigación y desarrollo que tenemos en Francia (uno de los dos, porque hay dos: uno se llama CRIGEN y el otro se llama RISE). Estuve en RISE, donde estamos evaluando cómo tienen que funcionar los nuevos materiales para poder trabajar en las infraestructuras actuales de gas natural con otros gases verdes, como el biometano y el hidrógeno verde, entre otros, que están en un proceso de desarrollo.
Ahí nos explicaban un poco el concepto con el que trabajan. Parte de las tarifas que tú cobras como transportista o distribuidor llevan un componente que va dedicado a estos centros de investigación y desarrollo; es un porcentaje pequeño, pero te obliga a tener las instalaciones, así como a los académicos y a los investigadores trabajando en todos los aspectos relativos a la planeación futura de cómo va a estar funcionando la energía en un país como Francia.
Trabajan de la mano con el gobierno, por lo que el otro porcentaje lo traes tú ofreciendo tus servicios de investigación al sector industrial que puede existir en ese país. Entonces, como centro de investigación, también prestamos servicio como unidades verificadoras y como centro de desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones específicas para clientes privados.
Pero la razón principal de estar ahí es acompañar la política energética que dicta el gobierno y asegurar que las empresas de energía tengan lo necesario para reaccionar ante los cambios que se van dando con el mercado, lo mismo que con el tema de las baterías, el “biochar” y otras soluciones que se están viendo hacia delante.
Creo que sí es muy relevante; ahí tenemos un área de oportunidad como país, para saber cómo podemos aportar desde el sector privado a que esto funcione. Sin embargo, creo que al final el único que puede tomar la iniciativa de hacer que todos los involucrados se congreguen y actúen de manera tácita es el gobierno.
Nosotros, como empresa, tenemos convenios con las principales universidades. Trabajamos con ellas para preparar qué vamos a necesitar en términos de talento humano dentro de 5 o 10 años. Si hay algún tema de investigación, nos apoyamos en el Instituto Mexicano del Petróleo, la UNAM, el IPN y el Tecnológico de Monterrey, pero creo que siempre es importante abrir esos espacios donde, desde el sector privado, también se trabaja en el desarrollo tecnológico.
Obviamente, al final, las empresas transnacionales pueden estar haciendo la investigación y el desarrollo allá, pero transfieres ese conocimiento a los otros países donde tienes presencia y, de esa manera, nos beneficiamos de manera colateral. Creo que sí hay una oportunidad. No solo Francia es uno de estos casos; en Brasil también hay esquemas similares donde, dentro de las tarifas que cobras al mercado, viene estipulado que un porcentaje se destina a investigación y desarrollo. De esa manera, garantizas que siempre te mantengas a la vanguardia y que vayas apoyando lo que se busca en términos de transición energética y de planeación de energía a mediano y largo plazo.
Por eso hablaba de que me parece muy relevante que nos sentemos a pensar cómo queremos que sea el sector energético mexicano dentro de 25 años (que ha sido uno de los puntos que ha puesto sobre la mesa la Presidenta), porque no puedes verlo solo desde el corto plazo; son temas que llevan mucho más tiempo.
Hemos tratado ya bastantes temas, quisiera cerrar esta entrevista preguntándote si hubiera algo que tú quisieras agregar o que quisieras resaltar.
Creo que hemos pasado casi por todas las partes de los componentes del sector energético. Tengo la impresión de que tenemos una buena oportunidad, porque al final ya se establecieron las grandes líneas estratégicas sobre las cuales quiere trabajar el gobierno, pero aún falta trabajar en toda esa regulación secundaria. Hoy, lo que veo es mucha apertura del gobierno para escuchar y trabajar de la mano con el sector privado; ahí es donde tenemos la oportunidad de transmitir nuestras preocupaciones y de poner sobre la mesa lo que en particular estamos esperando los usuarios finales para poder ser más competitivos y garantizar el crecimiento y desarrollo económico en México, así como atraer nuevas inversiones.
Si nos están dando esa oportunidad de escucharnos, de entender las preocupaciones y de buscar una solución, aprovechemos esta posibilidad que se está dando hoy para acompañar el desarrollo de esas leyes secundarias. Por ejemplo, el tema de la simplificación administrativa no era muy claro cuando escuchas el concepto que hay detrás del porqué se está buscando desarrollar de esta manera. También es importante transmitir tranquilidad a tus corporativos, porque si no se entiende bien el concepto de cómo va a funcionar, por ejemplo, una CRE que es relevante para el sector energético, podría generar incertidumbre.
También es necesario escuchar con mucha apertura lo que ellos están visualizando para ese sector y poner sobre la mesa las preocupaciones, si es que no están ya previstas dentro de lo que están planteando. Creo que hoy tenemos un compromiso fuerte de saber, del otro lado, qué queremos, qué buscamos y qué necesitamos para sentirnos tranquilos y continuar invirtiendo, así como mantener la confianza que se ha tenido en el país por parte de los mexicanos que hoy estamos aquí trabajando y de las empresas transnacionales que también están presentes y querrán seguir llegando en el futuro.
Muchísimas gracias, Ana Laura Ludlow, Vicepresidenta de Relación institucionales de ENGIE México, te agradezco muchísimo la entrevista.
Gracias a ustedes y seguimos en contacto.