Por Energy Insights
Introducción
En un contexto de crecientes desafíos y presiones globales, la Agencia Internacional de Energía (AIE) destaca a la gestión energética como una herramienta vital para la industria en su búsqueda por mejorar la eficiencia, reducir costos y cumplir con políticas públicas. Este artículo basado en el reporte de la AIE explora la importancia de los programas de gestión energética como una estrategia eficaz impulsada por los gobiernos para promover la competitividad industrial y fortalecer la seguridad energética a nivel global. A través del análisis, se abordan las ventajas de la gestión energética, no solo en término de ahorros económicos significativos, sino también en su capacidad para proporcionar rendimientos sostenidos que superan con creces las mejoras promedio en la industria. Asimismo, se examina el papel crucial de las políticas públicas efectivas, a través de la regulación, la información y los incentivos, para potenciar la adopción de estas prácticas en distintos sectores industriales. El camino hacia una eficiencia energética industrial mejorada no solo representa una oportunidad para fortalecer la resiliencia económica, sino también para asegurar un futuro energético más sostenible y seguro a nivel global.
Gestión energética y políticas públicas
Las recientes conmociones y las incertidumbres globales están ejerciendo una presión creciente sobre las empresas de todo el mundo. Esto está llevando a los gobiernos a recurrir cada vez más a la eficiencia energética como una forma de promover la competitividad industrial, aumentar la resiliencia empresarial, proteger empleos, reducir la presión sobre las redes eléctricas y fortalecer la seguridad energética.
Proporcionar programas de gestión energética o paquetes de políticas liderados por el gobierno para el sector industrial es una de las formas más rápidas y rentables de garantizar una implementación rápida y continua de la eficiencia energética. Al incentivar y apoyar a las empresas para que adopten la gestión energética, los gobiernos pueden ayudar a garantizar reducciones en la demanda de energía y ahorros en los costos, además de otros beneficios adicionales tanto para las empresas como para la sociedad.
Avances en la eficiencia energética global
En la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) en 2023, casi 200 países alcanzaron un acuerdo histórico para duplicar colectivamente la tasa media anual mundial de mejora en la eficiencia energética para 2030. La tasa de progreso global en eficiencia energética en realidad se ha ralentizado y, como principal impulsor del consumo energético mundial, la industria es una de las principales razones de esta desaceleración. Esto se debe a dos factores que ocurren en paralelo: Primero, el estancamiento de la eficiencia industrial, y segundo, el crecimiento de la demanda energética industrial. Este es el peor escenario posible para el progreso en eficiencia.
No obstante, existe una clara ventaja en invertir más recursos en eficiencia energética industrial. Si bien se reconoce que la industria es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar, también es el que ofrece los mejores resultados por inversión.
La obtención de ahorros sustanciales sostenidos
La gestión energética, el monitoreo, análisis, control y optimización proactivos y sistemáticos de la energía, incorpora de manera efectiva la eficiencia energética en las prácticas empresariales y proporciona un enfoque estructurado que identifica oportunidades de manera eficaz y aumenta la tasa de implementación.
Se ha demostrado que la gestión energética en empresas industriales genera ahorros energéticos de más del 10% en promedio durante los primeros tres años de implementación, superando ampliamente las mejoras promedio en intensidad energética en toda la industria. Un número creciente de empresas está mostrando ahorros aún mayores, del 30% o más, y muchas de las medidas implican bajo o ningún costo.
Solo en los países miembros de la Agencia Internacional de Energía (AIE), alinear el rendimiento energético de todas las empresas con el del 25% más eficiente de sus respectivos subsectores podría reducir los costos energéticos industriales totales hasta en 600 mil millones de dólares estadounidenses por año. Aunque no todas las empresas pueden alcanzar el desempeño del 25% superior debido a variaciones en la composición del producto, especificaciones y valor, esta magnitud resalta el importante potencial de ahorro derivado de ampliar las mejores prácticas ya existentes.
Los paquetes de políticas de gestión energética también pueden facilitar la expansión de las prácticas de gestión energética en múltiples sedes y a lo largo de las cadenas de suministro, aumentando la magnitud de los ahorros y otros beneficios alcanzados. Esto a menudo no requiere apoyo gubernamental adicional o muy poco.
A pesar de estos beneficios, la adopción y el uso efectivo de la gestión energética en la industria sigue siendo moderado. Con De acuerdo con la AIE una mayor intervención política hasta 2035, un Escenario de Cobertura Mejorada podría desbloquear alrededor de 20 EJ (exajulios) de ahorros adicionales, particularmente significativos en industrias ligeras. Esto equivale a la mitad de la demanda final total de la Unión Europea en 2023. La incorporación de un mayor uso de ahorros habilitados por inteligencia artificial podría aumentar aún más los ahorros en hasta 8 EJ, lo que resultaría en un 28% menos de energía utilizada para producir la misma unidad de valor agregado en 2035.
Gestión Energética, Competitividad y Seguridad Energética
Invertir en eficiencia energética y en prácticas de eficiencia energética ha demostrado generar muchos otros impactos positivos tanto a nivel empresarial como nacional. A nivel empresarial, la eficiencia energética permite una mayor productividad, como tasas más altas de utilización de la capacidad del equipo de producción, e incrementos en la capacidad productiva gracias a procesos más eficientes y menores costos de producción. También puede conducir a un mejor uso de los recursos, reducción de los tiempos de inactividad del equipo y paradas no planificadas, disminución de los costos de mantenimiento, y potencialmente reducción en el número de personal necesario para operaciones y monitoreo. Asimismo, se ha demostrado que la eficiencia mejora la salud y seguridad de los trabajadores, reduciendo la incidencia de accidentes laborales, los costos de atención médica y los costos de seguros.
A nivel nacional, estas medidas de eficiencia energética combinadas permiten mayor actividad económica utilizando la misma cantidad de energía, y están asociadas con una mayor productividad laboral y otros beneficios económicos. La eficiencia energética industrial es un medio eficaz para mantener la estabilidad de la red eléctrica, al reducir la presión sobre las redes, liberar capacidad, facilitar la flexibilidad del lado de la demanda y mejorar la seguridad energética. En promedio, la eficiencia energética cuesta menos de la mitad que construir nueva capacidad de generación e infraestructura de red. Además, las medidas de eficiencia energética pueden implementarse rápidamente —generalmente en menos de un año—, mientras que los proyectos de generación y transmisión requieren entre uno y siete años en promedio, o más de una década en el caso de la energía nuclear.
Abordar la eficiencia energética de manera sistemática y continua, mediante la gestión energética, es una forma más eficaz de desbloquear competitividad y otros beneficios asociados que las medidas aisladas o puntuales. Combinados, estos múltiples beneficios pueden más que duplicar los ahorros derivados únicamente de los costos energéticos.
Implicaciones de política pública
Los paquetes de políticas de gestión energética efectivos incluyen una combinación de regulación, información e incentivos. Los países pueden fomentar la adopción de la gestión energética mediante programas voluntarios que incluyan campañas informativas, capacitación y desarrollo de capacidades, apoyo técnico e incentivos como subvenciones, premios y reconocimientos. Los programas potenciales también pueden incluir medidas regulatorias, como requisitos de auditorías y obligaciones de contar con gestores energéticos o sistemas de gestión energética.
La evidencia de la implementación de políticas muestra que combinar estratégicamente las medidas conduce a mejores resultados. Esto puede generar tasas de ahorro más altas en comparación con la implementación de medidas de eficiencia energética industrial aisladas. Por ejemplo, un paquete de políticas de gestión energética puede generar más proyectos y de mayor calidad para el financiamiento mediante subvenciones. A su vez, dicho financiamiento puede impulsar una mejora continua, justificando la inversión de tiempo y recursos necesarios para establecer y mantener las medidas.
Recomendaciones desde la experiencia global
Como punto de partida, los gobiernos podrían revisar las medidas existentes de eficiencia energética industrial, incluidos los programas actuales de gestión energética, evaluando su eficacia, adopción y alineación con los objetivos energéticos y climáticos nacionales. Esta revisión podría ayudar a tomar decisiones sobre si:
- Mejorar los paquetes de políticas existentes de gestión energética, ampliando su cobertura, aumentando el apoyo o mejorando sus características de diseño.
- Desarrollar nuevos paquetes de políticas de gestión energética, especialmente donde existan brechas significativas, como la cobertura de pequeñas y medianas empresas, cadenas de suministro, o sectores de alto impacto específicos.
Para apoyar este proceso y diseñar medidas más efectivas, puede obtenerse mucho del aprendizaje internacional. Muchos países han introducido, ampliado o perfeccionado con éxito paquetes de políticas de gestión energética, ofreciendo lecciones útiles. Por ejemplo:
- Estados Unidos estableció asociaciones efectivas en las que los programas se implementan conjuntamente, ya sea con laboratorios nacionales que desarrollan herramientas gratuitas y brindan capacitación, o con centros de evaluación industrial que realizan auditorías gratuitas.
- Muchos países han establecido redes y acuerdos a largo plazo para apoyar la implementación, como se hizo en Finlandia e Irlanda.
- Japón combinó incentivos para implementar gestión energética con sistemas de referencia (benchmarking) para brindar orientación e impulsar aún más la implementación.
- Francia y Japón, entre otros países, han proporcionado información, incentivos y apoyo adaptados a las pequeñas y medianas empresas.
- Arabia Saudita ha desarrollado una plataforma en línea integral con información y capacitaciones para distintos niveles de experiencia, ofreciendo información accesible y adaptada, así como desarrollo de capacidades.
- El Esquema Nacional de Reporte de Gases de Efecto Invernadero y Energía de Australia promueve la recolección, análisis, validación y difusión de datos relacionados con energía en el sector industrial, con el objetivo de aumentar los potenciales ahorros energéticos a nivel industrial y ayudar a los gobiernos en el diseño y aplicación de políticas.
En Conclusión
La gestión de la energía se presenta como un pilar esencial para enfrentar los desafíos energéticos y económicos contemporáneos que enfrentan las industrias a nivel global. A través de la implementación de programas de gestión energética, se pueden lograr mejoras significativas en la eficiencia, que no solo impactan positivamente en la reducción de costos y el aumento de la competitividad, sino que también contribuyen a la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental. Los ejemplos exitosos de políticas internacionales demuestran que una combinación estratégica de regulación, incentivos e información es fundamental para fomentar la adopción de prácticas eficientes. Al priorizar y escalar estas iniciativas, los gobiernos tienen la oportunidad de generar impactos positivos duraderos tanto para las empresas como para la sociedad en general. Avanzar en este camino no solo es crucial para cumplir con los objetivos climáticos globales, sino también para asegurar un crecimiento económico robusto y resiliente en un futuro cada vez más incierto.


