J. Roberto Mercado Baidón
Consulting Partner en EPSCON
El pasado 23 de julio del 2025 se publicó la noticia de que Iberdrola contrato a Barclays, banco de servicios financiero multinacional, para asesorarlos en la venta sus activos en México, marcando su retiro del país. La noticia sacudió al sector eléctrico e industrial debido a la relevancia de su participación. Apenas unos días después, el 31 de julio, Iberdrola y Cox Energy anunciaron en sus sitios web que habían acordado la venta de Iberdrola México por 4,200 millones de USD. Aunque la venta aún está en proceso de concretarse, representa incertidumbre tanto para los clientes actuales como para los potenciales, así como para el sector en general. La pregunta es: ¿qué podemos esperar de esta operación y cuál será su impacto en el sector eléctrico?
Iberdrola llegó a México hace 26 años, iniciando como Productor Independiente de Energía (PIE) con la construcción de una central en Pesquería, Nuevo León, destinada a la venta de electricidad a la CFE. Con el tiempo, la empresa adquirió algunas centrales eléctricas, pero su enfoque principal fue la construcción, instalación y operación, así como la comercialización de energía. Llegó a tener un total de 26 centrales, alcanzando una capacidad instalada de aproximadamente 11 GW, lo que representaba 12.4 % de la capacidad instalada interconectada (sin considerar centrales de prueba) del país en 2023 (según el PRODESEN 2024-2028, la capacidad interconectada fue de 89.008 GW). Iberdrola fue el generador privado más grande de México hasta 2023, año en que vendió 13 de sus centrales (8.539 GW).
Hasta 2023, la CFE fue su principal cliente. Del total de su capacidad instalada (11.1 GW), 7.404 GW correspondían a PIEs, destinados principalmente a la venta a CFE. Además, Iberdrola vendía energía a privados mediante los esquemas de Autoabastecimiento y Suministro Calificado. Este modelo beneficiaba a todas las partes: las centrales de Iberdrola eran modernas, eficientes y ofrecían costos de generación competitivos, lo que permitía a CFE adquirir energía a precios más bajos, mientras que los clientes privados también se beneficiaban con tarifas menores que las de Suministro Básico. Además, la empresa traía inversión en generación que contribuía al desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Algunas acciones de la Administración Federal anterior afectaron la operación de Iberdrola, llevando a la empresa a vender el 55 % de su negocio en México. No obstante, la transacción fue positiva económicamente para Iberdrola. Ante la inseguridad jurídica, derivada de los antecedentes de la Administración Federal anterior y de la actual, así como de la reforma judicial, Iberdrola decidió retirar su negocio del país.
La salida de Iberdrola representa un hecho significativo y alarmante para el sector eléctrico y para México en general. Sin embargo, la compra del negocio restante por Cox Energy, empresa privada de origen español, ofrece cierta tranquilidad al sector. Cox Energy fue fundada en 2014 en España y llegó a México en 2015 con su filial Cox Energy América, por lo que cuenta con experiencia en el país.
La salida de Iberdrola marca el fin de una era en la generación eléctrica en México. Aunque el país no se queda sin capacidad, sí pierde un participante clave. Cox Energy asume ahora el reto de llenar ese vacío y ejecutar un ambicioso plan de inversión que, de cumplirse, podría fortalecer la transición energética. El desenlace dependerá tanto de la capacidad de ejecución de Cox como de la certidumbre regulatoria que el gobierno garantice en los próximos años.