¿Sigue siendo atractivo el Suministro Calificado bajo la nueva Ley del Sector Eléctrico?

J. Roberto Mercado Baidón

El Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) surgió a raíz de la Reforma Energética de 2013, bajo el amparo de la hoy derogada Ley de la Industria Eléctrica (LIE). Fue hasta el 29 de enero de 2016 que el MEM inició operaciones en el Sistema Interconectado Nacional (SIN). Su objetivo era promover un sistema eléctrico más eficiente, competitivo, transparente y sustentable, permitiendo la libre competencia entre generadores, suministradores, comercializadores y usuarios calificados. Este modelo buscaba reducir los costos de generación, fomentar la inversión privada, garantizar el suministro de electricidad a precios competitivos, facilitar la integración de energías limpias y separar las funciones que antes eran exclusivas de la CFE (generación, transmisión, distribución y comercialización). Dentro del MEM, el Suministro Calificado juega un papel importante al ofrecer tarifas eléctricas competitivas y energía limpia a usuarios que cumplen con ciertos requisitos. Con la entrada en vigor de la nueva Ley del Sector Eléctrico (LESE), surge una pregunta clave: ¿Sigue siendo atractivo el Suministro Calificado?

La respuesta rápida: sí, sigue siendo una gran oportunidad.

El Suministro Calificado sigue siendo una de las principales estrategias que tiene la industria para reducir costos y emisiones de CO₂. Pero, ¿qué es exactamente? Se trata de un esquema de compra de energía en el que un Suministrador Calificado representa al usuario en el MEM, ofreciéndole tarifas más competitivas. El requisito clave es contar con una demanda mínima medida de 1,000 kW. Cumpliendo este requisito, el usuario debe realizar ciertos trámites regulatorios para iniciar el proceso de migración.

Es importante destacar que esta transición no implica cambios físicos en el centro de carga, salvo las adecuaciones necesarias en el sistema de medición. La energía que recibe el usuario —ya sea a través de CFE Suministrador de Servicios Básicos (CFE SSB) o un Suministrador Calificado— proviene del mismo sistema, con la misma calidad y por las mismas líneas de transmisión y distribución. La diferencia radica en lo económico: en lugar de recibir una factura mensual de CFE SSB, el usuario recibe una de un Suministrador Calificado, generalmente a un precio más competitivo. Esto permite generar ahorros inmediatos, con retornos de inversión que van desde un mes hasta seis u ocho meses, lo que hace muy atractivos estos proyectos.

Evolución y desafíos recientes.

En sus inicios, el Suministro Calificado no resultaba tan atractivo, ya que las tarifas eran incluso superiores a las de CFE SSB y con mayor nivel de riesgo. Sin embargo, con la maduración del mercado y la evolución de los modelos de negocio de los Suministradores Calificados, empezaron a ofrecerse tarifas más competitivas y con menor riesgo, lo que ha impulsado el interés de más usuarios por migrar a este esquema. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, se detuvo el otorgamiento de permisos de generación a privados por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Esto ha venido impactando negativamente al Suministro Calificado, ya que, al no haber nuevas inversiones en generación, la oferta de energía se ha venido reduciendo, mientras que la demanda crece año con año. Posteriormente, hubo intentos fallidos de reformar la LIE y de aprobar una nueva reforma energética. No fue sino hasta los inicios del sexenio de Claudia Sheinbaum que se aprobó una nueva reforma, con la entrada en vigor de la Ley del Sector Eléctrico (LESE).

Panorama actual bajo la nueva ley

Bajo la LESE, el Suministro Calificado no ha sufrido cambios sustanciales hasta ahora. Aún estamos en espera de la publicación de regulaciones secundarias que definirán cómo se aplicarán disposiciones clave, como la participación del 54 por ciento de generación a cargo de la CFE, dejando el 46 por ciento restante a privados. Estas reglas podrían modificar el orden de despacho de las centrales eléctricas, lo que afectaría las coberturas contratadas por los Suministradores Calificados y, en consecuencia, a los usuarios.

A pesar de la incertidumbre regulatoria, el Suministro Calificado sigue siendo la mejor alternativa para la industria en cuanto a reducción de costos eléctricos y emisiones contaminantes. Actualmente, es posible acceder a tarifas entre 15 y 30 por ciento más bajas que las de CFE SSB. Por ello, es fundamental contar con el acompañamiento de expertos en energía, no solo para guiar el proceso de migración y el análisis tarifario, sino, sobre todo, para negociar adecuadamente el contrato. Un buen contrato puede marcar la diferencia entre un ahorro marginal y un beneficio significativo y sostenido para el usuario.

Suscríbete y recibe gratis nuestra revista