Estimado Guillermo, muchísimo gusto volverte a ver después de un año y volver a analizar estos temas de energía que nos han ido llevando en nuestra carrera profesional siendo economistas. Un gusto tenerte aquí.
Muchas gracias, Amado, un placer estar contigo y vamos a ver qué pasó en este año.
A un año después, ¿cómo evaluarías la implementación de la política energética de la presente administración respecto a lo que anticipábamos? Si te acuerdas, hace un año todavía no tomaba posición la presidenta Scheinbaum, pero ya estaban más o menos claras las bases de promover las energías renovables, hubo un discurso de toma posesión (yo no recuerdo alguna otra toma de posición donde se habló de la energía de manera tan enfática), en fin. ¿Qué te parece la implementación de la política de la presente administración?
Creo que hay temas positivos interesantes, y obviamente, áreas de oportunidad. Lo más positivo me parece que es el reconocimiento de la complementariedad del capital privado a la inversión pública. En el sexenio anterior nos la pasamos con un discurso donde se decía que el Estado podía hacer todas las actividades y que iba a cumplir; la realidad es que no se cumplió, no se tuvieron materializadas ni siquiera las inversiones que se habían planteado por parte de CFE. Esas poco a poco se irán materializando conforme se vayan resolviendo algunos temas, pero obviamente no se cumplieron las seis plantas de ciclo combinado que prometió construir en el sexenio anterior.
Hay un cambio de discurso, me parece que hay un acercamiento hacia las energías limpias y hacia la necesidad de mejorar la matriz energética del país. Hay un discurso que también habla de poder tener soluciones adentro del medidor, donde tienes la generación distribuida y el autoconsumo, en los cuales el usuario toma la iniciativa y puede generar una solución, que obviamente no es la óptima. Lo ideal sería aprovechar la economía de escala de grandes proyectos solares y grandes proyectos eólicos, invertir en transporte de energía y que todos tuviéramos acceso a esa energía a bajo costo; pero esta opción es un second best, una segunda mejor alternativa donde “si tú puedes solucionar tu problema dentro de tus instalaciones y no interviene el sistema eléctrico nacional en transporte o en distribución, parece que hay una señal de que vas a tener una vía rápida para poder solucionar”.
En términos generales, creo que hay un mensaje mucho más positivo hacia la complementariedad del capital privado y mucho más abierto a las energías renovables. Ahora, ¿en qué se está atorando? En que todo está tardando mucho en aterrizarse. Hay una nueva Constitución, una nueva reforma constitucional de septiembre del año pasado y una nueva ley que se promulgó el 18 de marzo de 2025. Los reglamentos (que son la siguiente etapa) están en elaboración, se han distribuido informalmente distintas versiones y no se tiene todavía una fecha cierta para su publicación; además de los reglamentos, luego necesitas las disposiciones y necesitas muchos actos administrativos para que todo esto empiece a caminar.
Este verano tuvimos esta ley que el presidente Trump llamó Big Beautiful Bill Act, básicamente es una ley de presupuesto que trae implicaciones importantes para el sector de energía. En sí, es una redefinición de política energética en Estados Unidos; no sé si en lo que comentabas de esta invitación al sector privado, Estados Unidos está diciéndole no a las energías limpias y le está diciendo sí otra vez al petróleo, al gas y hasta el carbón.
En ese entorno donde estás creándole casi un paraíso a la inversión para petróleo y gas en Estados Unidos, México quiere promover proyectos o contratos con el sector privado. Sin embargo, pareciera que esto invitaría a replantear las cosas, porque justamente es el mismo grupo de inversionistas a los cuales estás tratando de invitar. ¿No ves ahí la necesidad de un replanteamiento?
Yo creo que ese replanteamiento viene desde que no solo se crea Big Beautiful Act, sino que también se cancela el programa de combate a la inflación de Biden, que en realidad incluía una gran cantidad de proyectos de transmisión, de distribución, de energía renovable, de electrificación de hidrógeno, y entonces se dejan de dar esos recursos en Estados Unidos a estos proyectos (que son más o menos por donde anda el resto del mundo). Se va a regresar al tema de “drill baby drill”, el tema de volver a buscar la riqueza petrolera y la riqueza del gas.
Creo que ahí hay un tema de balance. La política pública en México da un balance en donde no niegas la riqueza petrolera, pero tampoco te vas 100% en todo a la energía limpia y renovable, eso me parece adecuado. Es el balance que teníamos antes de 2018, donde decías “vamos a promover decididamente solar y eólico, pero no dejaremos de lado las grandes reservas que tenemos en aguas profundas, en campos abandonados, en pequeños yacimientos, en Chicontepec mismo”.
El mundo debe llegar a un balance donde se reconozca la valía de las energías tradicionales y se apunte también a las energías renovables. De hecho, el Banco Mundial acaba de cambiar su criterio de financiamiento de energía nuclear, ellos se negaron por 10 años a financiar proyectos nucleares y hoy en día están dando el vuelco. ¿Por qué? Porque hay un tema bien importante con los centros de datos.
Los centros de datos necesitan energía constante, permanente, las 24 horas, y eso no lo puede dar la energía renovable. La energía renovable puede ser un componente importante, algo que se complemente con baterías y que se complemente con otras tecnologías, una de ellas importantísima es la energía nuclear. Se está hablando de los minireactores nucleares para poder abastecer estos centros de datos.
A mí no me parece mal ese balance donde tú aprovechas como un portafolio. Como economistas dices “yo tengo un portafolio, tengo todas estas posibilidades y quiero optimizar mi portafolio”. ¿Haciendo qué? Minimizando mi emisión, o sea, buscando las emisiones netas cero, pero aprovechando la riqueza que tengo en mis manos. Entonces creo que Estados Unidos está buscando ese balance y obviamente México está en esa misma tesitura.
El gobierno de Claudia Sheinbaum no está diciendo “vamos a abandonar el petróleo”, muy al contrario, dice “vamos a buscar reactivar campos abandonados, vamos a reactivar los campos de lutitas, los vamos a empezar a producir con algo que es distinto del fracking”; vamos a ver qué quiere decir eso, yo creo que es fracking, pero le quieren llamar de una manera más elegante. Además, obviamente la participación en proyectos en aguas someras y aguas profundas. Entonces, creo que Estados Unidos se está acercando a lo que debería ser un portafolio balanceado en donde tengas todo el acceso a la energía que tienes disponible en tu país.
Comentabas al principio del tema de infraestructura, de transmisión, de distribución e incluso de las plantas de ciclo combinado que estaban en planeación, entiendo que algunas ya se pusieron a operar. ¿Qué te parece el avance en ese tipo de infraestructura?, ¿realmente estamos avanzando en los proyectos de inversión de manera adecuada?
Hace un año hablábamos de que traíamos un rezago importante, teníamos crecimiento en el consumo de energía eléctrica del 3% anual, un crecimiento incluso más elástico que lo que crece nuestra economía y más ahorita que prácticamente no estamos creciendo nada. ¿Qué te parece el ritmo o el planteamiento del desarrollo de la infraestructura tanto del sector eléctrico como del sector de hidrocarburos?
Yo lo siento muy lento, como bien dices, de las plantas que se prometieron el sexenio anterior, solo están produciendo Salamanca y San Luis Potosí. En Salamanca son alrededor de 900 megawatts y en San Luis son 430; falta Manzanillo, falta Mérida (la de Mérida no tiene gas siquiera), lo mismo ocurre con San Luis Rio Colorado, con González Ortega y con Baja California Sur. O sea, hay una serie de plantas en que están construidos los ciclos combinados y lo que falta es el gas, esto te habla de la planeación descoordinada.
Dicen “ya llegará el gas”, pero no, no llega el gas. En el caso de Yucatán, en la Mérida IV, por ejemplo, tienes el tema de que Mayakan se está reforzando, pero todavía no está la conexión con el sureste (que es la parte sur del ducto marino), entonces, hay un tramo que ni siquiera ha sido asignado y no se sabe quién lo va a construir.
Hay un problema de planeación que se ha visto en los diferentes proyectos de infraestructura del sexenio anterior. Dices “voy a hacer una refinería”, pero no tienes monoboyas, no tienes el calado, no tienes como desalojar o almacenar el producto, no tienes planta eléctrica, no tienes gas, no tienes vías del tren. ¿Qué es lo que tienes? Tienes una cocinadora de petróleo, tienes la parte de la cocina; pero no tienes ni la entrada del insumo básico y tampoco tienes la salida del producto.
Ese es el signo del sexenio anterior, una planeación muy pobre. Les exentaron de todos los trámites ante todas las unidades de inversiones y de medio ambiente; decía que lo cumplirían después, pero que iban a acelerar los proyectos sin eso. Todo ese proceso que tardó décadas en armarse en el gobierno mexicano era valioso porque te permitía cerrar todas las piezas de un proyecto antes de lanzarlo, y no estar corrigiendo y ajustando en el camino cuando ya tienes el cemento en el local y ya tienes las plantas. Esa parte me parece que puede ser que mejore con este nuevo gobierno.
Hay que tener una mejor relación con la planeación, hablan mucho de ella y vienen muchos de la academia en esta nueva Administración, pero vamos a ver. Ahora, el ritmo al que están avanzando es muy lento por el rezago de seis años, el cambio de un modelo estatista a uno mixto va a tomar tiempo, y eso es lo que está marcando la falta de entusiasmo que estamos teniendo hacia afuera.
Platico mucho con inversionistas y me dicen “no, me voy a esperar al menos dos años para ver cómo está el esquema y si es de interés para participar”. Entonces, mientras más nos tardemos, más se va a diluir el interés y más difícil va a ser traer a los inversionistas a participar en estos mercados.
Cuando hablábamos de esta infraestructura en el lado eléctrico tocamos el tema del nearshoring, un término que se trató de poner de moda en los últimos tres años, pero existe de mucho más tiempo atrás. Junto con el Plan México y los polos de desarrollo (que para mí es un enigma cómo los determinaron), pareciera ir de la mano a tratar de promover inversión en estas regiones, y supone que la infraestructura debería de ayudarnos en ese sentido. ¿Van de la mano la infraestructura eléctrica con el Plan México y el desarrollo de parques industriales?, ¿el esquema actual permite que se vaya a proliferar esta infraestructura para poder atraer la inversión?
Es muy interesante, los 22 parques industriales o zonas de desarrollo industrial se redujeron hace algunos meses a 15, de hecho, dejaron fuera a Yucatán porque vieron que había gran rezago y que no iban a cumplir con el paquete de infraestructura necesario. Me parece que hay un descubrimiento por parte de las autoridades de que sí hay mucho por hacer y que uno de los temas principales para estos parques industriales es la energía. Lo primero que necesitan los parques industriales es la energía, lo segundo es que esta energía sea limpia, ya después agua, fibra óptica, redes de comunicación, capital humano, seguridad y certeza jurídica.
Tienen mucho que demostrar en cada uno de los rubros. La reforma al Poder Judicial, por ejemplo, no ayuda nada en términos de una propuesta a la que casi nadie le tenemos mucha confianza, y hay que entender cómo se materializa. El tema de la energía está identificado como el principal cuello de botella porque en el momento en que te dicen “te voy a rentar espacios industriales en Querétaro, pero solo puedes poner un foco porque no tengo más electricidad que esa” se te acaban muy rápido las necesidades de bodega, tú lo que necesitas es transformación industrial, maquila, fabricación de piezas, y todo eso requiere de grandes cantidades de energía.
Entonces, hace un año platicábamos del nearshoring como una cosa posible, hoy en día pareciera una oportunidad perdida porque viene la administración de Trump donde el nearshoring ya no es algo que se ve con simpatía; lo que ellos quieren es atraer la inversión al interior de Estados Unidos. De hecho, el que México se haya tardado ha ayudado muchísimo a estados como Texas a atraer inversiones importantísimas con un esquema muy atractivo para la iniciativa privada, con impuestos bajos, deducciones aceleradas y acceso a agua y electricidad. El principal beneficiario de la falta de acción de México en proporcionar estos recursos mínimos a los centros industriales ha sido Estados Unidos.
La presidenta empieza su administración hablando de los 22 centros de desarrollo y hoy en día habla de 15, que van a seguir evaluando. Obviamente el tema es cuáles son las soluciones. Justo la semana pasada CFE sacó una presentación diciendo “tú contrátame y yo te pongo energía en tu parque industrial”, pero esa es la tarea de CFE, ¿no? O sea, cómo que tu contrátame, más bien deberían de estar haciendo toda la infraestructura, no deberías de requerir de un PPA para poner una línea de transmisión o las subestaciones que se requieren.
Vamos viendo de qué se trata la planeación y vamos viendo qué se requiere en cada centro de desarrollo. Yo creo que más que otra cosa, van a tener que darse soluciones locales conducidas por la iniciativa privada; a lo mejor con plantas de energía solar, baterías, y hacer una solución que va a incorporar una red privada interna, revendiendo energía a tus clientes, locatarios y vecinos en el parque industrial. Eso, por lo menos en las versiones del reglamento que se están viendo, se identifica como una posibilidad contemplada. Creo que por ahí va el nearshoring, vamos a ver qué se puede salvar de eso que no se aprovechó.
Retomando el tema de PEMEX y CFE. Ambas empresas han tenido pérdidas, en el caso de PEMEX hay un endeudamiento muy elevado, su plan pareciera que tiene buenos propósitos, aunque hay retos muy importantes en términos de la rentabilidad de las operaciones que realiza. Hace un año hablábamos de que la refinación no era el camino y que había que aprovechar el mercado externo para la exportación de petróleo; pareciera que seguimos en la misma línea.
De entrada, con esa decisión parece difícil que haya mayor rentabilidad y no solamente eso, sino que se dediquen recursos a otros subsectores como petroquímica. Obviamente las calificadoras ven bien estos recates de 10 o 12 mil millones de dólares y empiezan a elevar la calificación ¿Cómo lo ves?, ¿qué te dice todo esto?
Creo que las calificadoras están contentas porque de alguna manera el Estado está asumiendo el riesgo de PEMEX, o sea, de alguna forma el anuncio que se hizo de “vamos a emitir este bono y PEMEX hará todo esto, pero si PEMEX falla, al final está el Estado”. Eso están viendo las calificadoras, que si no paga PEMEX porque los programas que está planteando no tiene mucho sentido, entonces paga el Estado. Hay que ver la solvencia en las finanzas públicas (qué tanto están recaudando en los impuestos, que si van a meter los IEPS o no a los refrescos en adición a los que ya tenían) y modificaciones que vayan a hacer al régimen fiscal para poder tener mayor recaudación.
Las calificadoras nunca te van a evaluar un plan de operaciones, lo que te van a evaluar es un plan de pagos. Obviamente si le estás inyectando recursos, le estás dando garantía soberana y le estás pagando un premio por PEMEX (porque estás pagando dos o tres puntos base por encima de la deuda soberana), entonces es el mejor de los mundos para quien invierte en PEMEX; toma todo el beneficio y el riesgo lo toma el gobierno, por eso es que le están dando una buena calificación a PEMEX.
El gran problema es que, si bien en exploración y extracción las iniciativas pueden tener algún sentido técnico, los modelos que están planteado de negocio son bastante limitados porque lo que están ofreciendo son contratos mixtos donde PEMEX puede tener un mínimo de 40%, que hasta eso se bajaron del 54% de CFE. Puede haber asignaciones de operación mixta donde ofrezcas un contrato a alguien para que te ayude a extraer siendo PEMEX el titular de la asignación. El gobierno cedió un espacio, como una salida de emergencia, donde dice “si PEMEX no quiere saber de ciertos yacimientos, no puede y me lo manifiesta, yo puedo lanzar un contrato de riesgo (como los que se tuvieron antes de 2018) en una licitación”, eso viene escrito en la propia reforma a la Ley del Sector de Hidrocarburos.
Ahora bien, estos son los proyectos que me parecen bien en términos técnicos y mal o ineficientes en términos de qué se le ofrece al privado para poder participar. Pero, por otro lado, está lo que tú dices, vamos a seguir produciendo gasolina y diésel, vamos a seguir en ciertas industrias en las que PEMEX ha demostrado ser muy poco rentable; a todo eso se le va a seguir metiendo dinero. Se habla de que van a poner a todas las refinerías a producir máximos de gasolina, con objetivos volumétricos, que lo único que van a estar produciendo es combustóleo tanto no tengamos las coquizadoras correspondientes.
Están creando un aumento en gasto. Hoy en la mañana se decía en los periódicos que PEMEX no va a contribuir en 2026, dejó de ser contribuyente y va a ser receptor neto de recursos públicos; eso es muy dramático, se vuelve un centro de costo en lugar de un centro de ingreso como lo fue por muchos años. Ahí siempre está el llamado de meterle todos los kilos a la parte de exploración y extracción, buscar modelos donde PEMEX pueda participar, pero también donde el privado pueda participar sin la obligación de que tener a PEMEX de aliado.
Ya vimos en Brasil cómo se detuvo la producción y la exploración por el tema de movilidad a que Petrobras fuera un socio obligado. Cuando eres socio obligado tienes que aportar capital, y cuando solo vas a dar el permiso, la autorización, el terreno o una plataforma viejita oxidada, no suena a que sea atractivo y tomado en cuenta estos planes siempre tienen esa crítica, tienen que enfocarse en lo que es más rentable (la exploración y extracción) y dejar que los privados los campos más riesgosos y las actividades industriales como la refinación.
El Plan establece que, hacia el 2027, PEMEX deja de demandar recursos. Suponiendo que ya lo dejamos solo y no va a demandar recursos o más endeudamiento, lo que no queda claro (porque el plan no muestra muchos escenarios, más que un escenario óptimo). ¿Dónde estaría la fuente de ingresos?
Ahí no queda claro. Hay un objetivo de alcanzar alrededor de 1.8 millones de barriles al día, que también lo pongo en gran duda. A mí me dicen “oye, pero ustedes pronosticaron tres millones de barriles al día”, sí, pero nosotros teníamos las mejores herramientas para atraer al sector privado, con todos los contratos de riesgo habidos y por haber; y las empresas vinieron, se firmaron 111 contratos de riesgo con empresas de todo el mundo.
Decían “¿por qué no podemos alcanzar ese 1.8 con PEMEX y sociedades limitadas?”, es el mismo tema, quieres alcanzar una meta que es ambiciosa pero no le estás dando a PEMEX ni al país las herramientas para alcanzar esa meta. Lo que he escuchado es que las empresas petroleras grandes no están interesadas en el modelo que se está ofreciendo. ¿Quién lo está viendo atractivo? Las típicas empresas de servicios, que siempre han estado en México y que les gusta trabajar por instrucciones de PEMEX, ver las condiciones que les ofrece y en ese sentido entregar, o no, resultados, porque su desempeño no depende de entregar resultados, depende del cumplimiento del programa o del contrato de servicios.
El problema de esos contratos es que tienen incentivos a realizar actividades excesivas; en vez de perforar la cantidad óptima, van a sugerir y apoyar que se perforen muchos más pozos de los necesarios porque no se reparte el beneficio, lo que se reparte es el costo. Entonces, son máquinas para maximizar costo, y si no tienes una buena auditoría y un buen esquema para ver quién está gastando y cómo está gastando, se te puede ir de las manos. Creo que el tema de que para 2027 PEMEX pueda ser autosuficiente en términos financieros está basado en premisas que no se están materializando.
Todos los días nos dicen “ya se firmaron los primeros 11 contratos mixtos”, yo no sé ni con quién los firmaron; no hay ninguna empresa que salga a decir que firmó un contrato son PEMEX con tales características. La realidad es que aún están en un proceso de negociación y análisis, con muy poca transparencia; seguramente nos enteremos a principios de año cuándo se materializó todo esto. Al día de hoy, parece que todavía no están ahí y está corriendo el tiempo, me imagino que hay gente dentro de PEMEX que está muy presionada tratando de sacar un programa que no está pudiendo avanzar, viendo esa autosuficiencia financiera cada vez más lejos.
En este entorno con una gobernanza que ha cambiado. Surge la Comisión Nacional de Energía, desaparece la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Nacional de Energía es un ente dentro de la Secretaría de Energía y se pierde la autonomía de la Comisión Reguladora de Energía. Aparte, hay una reforma judicial que no sabemos bien cómo va a operar. ¿Cuál es tu visión?, ¿qué ganamos y qué perdemos con esta nueva gobernanza?
Lo que veo es que el tema del Poder Judicial es muy delicado. Creo que hay un llamado del presidente de la Corte de aprovechar la experiencia en las oficinas de los jueces, para que puedan aprender rápido y darle seguimiento a los asuntos; es un tema de curva de aprendizaje muy fuerte. Habrá que ver si el sesgo político no se vuelve un tema cotidiano en las decisiones del Poder Judicial, ese es el gran riesgo, creo que van a estar tratando de demostrar que es un ente de justicia y no un ente político, ojalá nos sorprendan.
El tema de seguridad también es brutal. Las carreteras son cada vez más difíciles de transitar y hay más asaltos, eso también le mete costos. La industria petrolera y la industria energética en general están acostumbradas de alguna manera a operar en entornos complicados, han trabajado en Centroamérica, en Suramérica, en África y en países asiáticos. Lo único que te piden estas empresas es “dime de qué magnitud es el riesgo y yo ya sabré si me atrevo o no a administrar ese riesgo”.
El gran problema que tuvimos en el sexenio anterior, por ejemplo, fue que no era conocido el riesgo que asumía la inversión si quería venir a México; todo era al margen de la ley, tenías que solicitar un permiso, tenías que visitar las 12 Secretarías, que tuvieran el visto bueno, y no había claridad de qué actividades podrías realizar o no en miras de esta consideración política.
En la medida en que se den reglas claras (que a lo mejor no son perfectas, pero son conocidas y es cuantificable su riesgo), las empresas privadas van a poder empezar a tomar decisiones. Quizá no van a ser las empresas globales las que van a decidir venir a México, van a ser a lo mejor empresas de nicho o empresas que toman riesgos en mercados emergentes. En la medida en que son empresas pequeñas y que van a pedirte un retorno mucho mayor, así van a costar las energías en México; vamos a tener un problema de que no vamos a tener los mejores costos y tampoco los mejores regímenes operativos.
Al final, me parece que es mejor lo que tenemos con la presidenta Sheinbaum que lo que teníamos con el presidente anterior. Personalmente prefería lo que teníamos antes del 2018, pero ya que eso no lo vamos a poder tener por lo menos en los próximos años, creo que lo que están haciendo en este gobierno de tener algo balanceado y un modelo mixto puede llegar a funcionar si se apuran, si dan garantías de certeza jurídica y regulatoria, y si el Poder Judicial empieza a demostrar que tiene alguna intención de tener un papel serio e independiente.
Ahorita que hablabas de seguridad me vino a la mente el tema del huachicol. Me acuerdo haber visto que se promovió un seminario del ITAM para ver el tema del huachicol. Es un escándalo ver todo lo que pasa en el país, creo que no hay un estado que se quede a salvo de decomisos importantes, ya sea por buques, ferrocarriles, traslado terrestre, traslado marítimo, por todos lados. Sin embargo, pareciera que se habla de que esto nació en 2018, aunque tiempo atrás había una queja de las estaciones de servicio en la frontera por un combustible de contrabando. ¿Por qué estalla esto de este tamaño?, ¿cuál es el agujero económico que le está pegando a PEMEX y al público?
El tema del robo de combustible y huachicol es un tema sistémico alrededor de PEMEX desde hace muchos años. Lo sorprendente de estos últimos años ha sido el descaro, siempre había gente picando y PEMEX cerrando, o gente que entraba a las refinerías y robaba, pero el tema de un buque llegando se me hace de una proporción insospechada, es una escala gigantesca. Si PEMEX tuviera un Consejo de Administración que estuviera todo el tiempo encima del director y decirle “oye, tus objetivos son de este tamaño, tienes que tener esta utilidad, tienes que tener cierta rentabilidad, no te pueden robar producto, y si no, te corro”; ese tipo de iniciativos al interior de las empresas funcionan muy bien en la iniciativa privada, no hay una empresa privada que sostenga a su director si le roban producto las 24 horas del día.
Siempre está ese tramo de incentivo a mejorar en la medida en que no hay una consecuencia, que nunca la ha habido en PEMEX. Hay un robo monumental, que se complementa con el contrabando de producto que viene y se mete por una partida arancelaria diferente que no es necesariamente la que tiene el IEPS, se escapan del IEPS y eso es lo que llaman huachicol fiscal; complementado al robo. Ese es el problema de los incentivos, si no tienes un esquema que te genere las condiciones para que todo el mundo actúe de manera adecuada se complica muchísimo; está el control de aduanas, el tema del SAT, las carreteras, las gasolineras, los empresarios, todos los actores.
Es una cadena de incumplimiento tolerada y bestial, que obviamente le está repercutiendo a PEMEX en costos muy importantes. Está identificado cada cuándo hay una declaración; el Dr. Barnés (que invitamos al certificado del ITAM) dio algunos datos del costo del huachicol, iba por los 20 mil millones de dólares al año, era una cifra gigantesca. Hay gente que dice que el costo es aproximadamente el 10% del mercado nacional de combustibles. El tema es que son dimensiones importantes y tiene que ver con la Guardia Nacional; tiene que haber un ejercicio de todas las autoridades para poderlo combatir.
Tocas un tema muy importante, los incentivos. En términos económicos, ¿cuál podría ser una política económica en precios o impuestos que pueda frenar esto de golpe?
Creo que parte del problema es el IEPS, que puede representar gran parte del precio. Comprar barato en Estados Unidos y contrabandear en México te permite un margen del tamaño del IEPS; solo el IEPS ya es un incentivo lo suficientemente grande para que alguien cometa estos delitos. Puede ser eso, replantear el IEPS.
El problema de quitar el IEPS es que no tienes fuentes de financiamiento alternativas y nadie va a querer subir el IVA, y del ISR ya quitaron la consolidación fiscal y ya le subieron la taza, digamos que ya está en un nivel alto. Entonces, me parece que la pregunta es si podemos renunciar a parte del IEPS de gasolina, si podemos generar incentivos adecuados de administración al interior de PEMEX que puedan evitar estas cosas y sancionar a las gasolineras que estén recibiendo el producto y a los estados que lo estén fomentando.
Es un tema de estado de derecho. Se complementa obviamente con un incentivo económico, pero yo creo que el incentivo económico no va a ser suficiente. Es más, podrías quitar el IEPS y probablemente la gente seguiría metiendo algo de producto nada más por el margen que tiene PEMEX o los costos que tiene Pemex de producción. Entonces, es un tema de eficiencia, es un tema de diferencial de precios finales y es un tema de costos logísticos, un tema super complejo. Yo creo que por eso no se ha resuelto.
Hemos revisado ya varios de los temas más relevantes. ¿Cuál sería tu recomendación para el sector empresarial en este entorno que ya hemos revisado?
Creo que lo que hay que hacer es tener listos los planes. Hay un tema muy importante que no comenté, es el tema de la planeación vinculante. Dentro del esquema de planeación del nuevo gobierno quieren pasar por el filtro de decir “todo el sector energía tiene que pasar por algo que le llamamos planeación vinculante”. Quiere decir que el gobierno debe palomear los proyectos aun cuando sean 100% privados; yo pensaba que era solo para aquellos que estaban interconectados o que tenían que ver algo con Pemex, pero en las últimas versiones del reglamento están mandando incluso las soluciones adentro del medidor a la planeación vinculante.
Un primer paso, me parece, es hacer muy visible el proyecto, plantearlo al gobierno, plantear los beneficios sociales. Acuérdate que hay un nuevo esquema al que le están llamando justicia energética, en donde quiere el gobierno, con alguna razón, decir “quiero conocer y medir los beneficios sociales que tiene este proyecto y cómo va a tener la comunidad un mejor entorno, una mejor educación, una mejor infraestructura, etcétera”. Entonces, es el ir a la par que el gobierno está acabando de definir los temas regulatorios, ir resolviendo al interior de las empresas cuál es esa aportación de su proyecto al mejoramiento del entorno social en México, y obviamente ir a buscar a la SENER y presentarle los proyectos.
Decirle a la SENER “oye, estoy pensando en estos proyectos, todavía están a nivel PowerPoint, pero queremos desarrollar todo esto en la zona de Nuevo León, en la carretera tal” y entonces ir teniendo el visto bueno. En los tiempos en que me tocó ser autoridad no necesitabas eso. Si era un proyecto 100% privado, pedías tu permiso, cumplías y te lo dábamos; hoy en día la regla cambió. La regla es que si quieres tu permiso privado, una de las precondiciones va a ser que te reconozca la autoridad dentro de la planeación vinculante; ahí es donde hay mucha chamba por hacer, muchos contactos que establecer, y, obviamente es un paso previo.
Ahora, ¿cuál es la ventaja? Una vez que te metieron en esa lista, todo lo demás se debería decantar relativamente fácil porque ya te dio un visto bueno el gobierno. Entonces, si alguien te detiene un permiso o una autorización, tú siempre puedes decir “yo ya estoy en la lista de las infraestructuras que se consideran estratégicas para el país”. Algún beneficio pudiese tener, yo prefería que no estuviera, pero ya que está, va a ser un filtro que va a dar algo de certeza habiéndolo transitado.
Muy bien, Guillermo. Agradezco muchísimo tu tiempo para esta entrevista.
Muchas gracias, Amado. Un gusto estar contigo.


