Por Amado Villarreal González
En Perspectiva
Hay una semilla que se ha sembrado para el desarrollo de fuentes alternativas de energía que ya no se va a parar. Por un lado, por cuestiones de seguridad energética de los países y por lo tanto de la propia geopolítica de la energía; y por otro por el innegable menor costo de la energía de las fuentes renovables y su menor impacto ambiental.
En este entorno, la transición energética impacta al sector inmobiliario, en donde podemos ubicar sin duda a la vivienda, edificaciones comerciales y a los parques industriales; entre otros componentes de su cadena de valor como el sector de la construcción, con todos sus insumos y servicios relacionados. Dentro de lo cual hay que reconocer el reto dual que vivimos, por un lado, la urbanización, que centraliza los desarrollos inmobiliarios en las ciudades, reconocidas como las grandes incubadoras de innovación y atracción de talento; y por otro, el reto ambiental de reducir o administrar los impactos del cambio climático. Todo esto en un contexto de crecimiento poblacional a nivel global con mayor nivel de ingreso.
Se reconoce que un mayor consumo per cápita de energía está relacionado con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) mayor, este índice medido por Naciones Unidas lo mide con base en tres dimensiones: (Salud, Educación y Nivel de Vida). Países con mayor consumo de energía per cápita reflejan un IDH mayor, esto implica un acceso universal a tecnologías y combustibles de cocina que no ponen en riesgo la salud, sean sostenibles y no degraden el medio ambiente; acceso universal a la electricidad y se elimina la pobreza extrema.
En este proceso de mayor IDH implica acceso a tecnologías, combustibles y electricidad, componentes clave de los nuevos desarrollos inmobiliarios, impulsados por una creciente población de ingreso medio y el abaratamiento de las nuevas tecnologías, sin duda un futuro promisorio para el desarrollo del sector inmobiliario del futuro, claro si las políticas públicas del país lo permiten.
Y estas políticas públicas en el ámbito de la energía deberían enfocarse en 5 ejes fundamentales: 1. Generación; 2. Eficiencia; 3. Almacenamiento; 4. Movilidad y 5. Digitalización, con una visión integral de 360 grados.
En materia de Generación de Energía, parece increíble, que, si el IDH está relacionado con un consumo per cápita de energía mayor, en México limitemos la generación de energía a través de regulaciones que privilegian los monopolios públicos, que mantienen costos elevados de los energéticos, lo limitan y detienen la generación verde. Esto si está para Ripley, ¿Cuándo entenderemos que el papel del gobierno es regular los mercados para evitar excesos, pero no para cometerlos?
En materia de Eficiencia, sin duda es una labor que requiere perseverancia de las instituciones públicas como los diferentes agentes económicos; para potenciar mejores prácticas, pero sobre todo mecanismos de financiamiento, capacitación y acceso a las tecnologías ya disponibles que pueden generar eficiencias y ahorros importantes.
En materia de Almacenamiento, es un recurso que apoya la resiliencia tanto de hogares como de industrias, que está permitiendo lograr eficiencias y elevar la competitividad no solo de industrias sino de ciudades. Cada vez más frecuente su uso en la industria y ahora hogares. En el caso de la industria parte de la propuesta híbrida de generación verde con almacenamiento.
La parte de Movilidad, a pesar de las deficiencias en infraestructura en el país, sigue avanzando la electromovilidad, tanto en hogares, a nivel comercial e industrial, creando espacios valorados que se están convirtiendo no solo en una alternativa de descarbonización del transporte, sino en una vía de almacenamiento de energía integrada a los hogares y empresas, dándoles autonomía, independencia y elevando su resiliencia.
Y el quinto eje, la Digitalización, a la cual hemos llamado Energía 4.0, en su aplicación general en la industria, o Domótica en su aplicación energética en el hogar, presenta una gran variedad de hardware y software que permite gestionar la energía para un uso más eficiente de sistemas de energía, de calefacción o acondicionamiento, de automatización de equipos con lo cual elevar su uso eficiente.
Estos cinco ejes son solo una base de descripción su combinación en el empleo, en el diseño de implementación más nuevas tecnologías emergentes, presentan un gran potencial de desarrollo del sector inmobiliario, convirtiéndose en una pieza clave de la estrategia de desarrollo económico en el país.
Todo esto nos muestra que, de forma adicional, México se encuentra en una posición geográfica estratégica, y que el “nearshoring” por cierto que no es nuevo en México, su potencial ha venido creciendo desde 2014-2015, cuando China superó a México en el nivel salarial de sus trabajadores, tenemos fácil 10 años con una ventaja clara de atracción de inversión por costos laborales versus China.
A esto hay que sumarle ahora la importancia de sumarle estos ejes a los parques industriales, con lo cual es posible potenciar polos de desarrollo que cuenten con energía verde, almacenamiento, movilidad sostenible, gestión digital de la energía para lograr un uso eficiente de la misma.
Todo esto ha convertido por un lado a los hogares en actores energéticos activos, que producen, almacenan, gestionan y optimizan su propia energía. Mientras que, en los parques industriales, la energía ya no es solo un costo de un insumo más, sino una estrategia de competitividad en el sector inmobiliario industrial, y en las regiones en donde son ubicados.
A las preferencias de los consumidores, sean hogares o industrias; y las tendencias y realidades de la innovación energética, urge acelerar la implementación de políticas que se alineen a la transición energética y por lo tanto de un futuro más promisorio para nuestro país. Las nuevas disposiciones de Autoconsumo Interconectado muestran una luz en esa dirección, pero seguimos esperando que se concrete la normatividad completa que permita hacer de este futuro descrito, una realidad. Por favor, ya no tarden más.